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Página:Facundo - Domingo Faustino Sarmiento.pdf/181

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Facundo

mente su independencia y libertad; verdad es que el federalismo feudal existía allí fuertemente constituído en López, de Santa Fe, Ferré, Rosas, jefes natos de los pueblos que dominaban; porque Rosas empezaba ya á influir como árbitro en los negocios públicos. Con el vencimiento de Lavalle, había sido llamado al gobierno de Buenos Aires, desempeñándolo hasta 1832 con la regularidad que podría haberlo hecho otro cualquiera. No debo omitir un hecho, sin embargo, que es un antecedente necesario. Rosas solicitó desde los principios ser investido de facultades extraordinarias»; y no es posible detallar las resistencias que sus partidarios de la ciudad» le oponían.

Obtúvolas, empero, á fuerza de ruegos y de seducciones para mientras tanto durase la guerra de Córdoba, concluída la cual, empezaron de nuevo las exigencias de hacerle desnudarse de aquel poder ilimitado. La ciudad de Buenos Aires no concebía por entonces, cualesquiera que fuesen las ideas de partido que dividiesen á sus políticos, cómo podía existir un gobierno absoluto. Rosas, empero, resistía blandamente, mañosamente. «No es para hacer uso de ellas, decía, sino porque, como dice mi secretario García Zúñiga, es preciso, como el maestro de escuela, estar con el «chicote» en la mano para que respeten la autoridad». La comparación ésta prochable y la repetía sin cesarhabía parecido irreel hombre, el empero, á conLos ciudadanos, niños; el gobernador, maestro. El ex gobernador no descendía, fundirse con los ciudadanos; la obra de tantos años de paciencia y de acción estaba á punto de terminarse; el periodo legal en que había ejercido el mando le había enseñado todos los secretos de la ciudadela; conocía sus avenidas, sus puntos mal fortificados, y si salía del gobierno, era sólo para poder tomarlo desde afuera por asalto, sin restricciones constitucionales, sin trabas ni responsabilidad.

Dejaba el bastón, pero se armaba de la espada, para venir con ella más tarde y dejar uno y otra, por el hacha y las varas, antiguas insignias de los reyes romanos.

Una numerosa expedición de que él se había nombrado jefe, se había organizado durante el último período de su gobierno, para asegurar y ensanchar los límites de la provincia hacia el Sur, teatro de las frecuentes incursiones de los salvajes. Debía hacerse una batida general bajo un FACUNDO