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Página:Facundo - Domingo Faustino Sarmiento.pdf/217

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Facundo

ellas, bastáronle algunos obsequios personales, algunas cartas amistosas y algunas erogaciones del erario. Los auxiliares, acantonados en San Luis, recibieron un magnífico vestuario, y sus sueldos empezaron á pagarse en las cajas de Buenos Aires.

El padre Aldao, además de una suma de dinero, empezó á recibir su sueldo de general de manos de Rosas; y el general Heredia, de Tucumán, que con motivo de la muerte de Quiroga, escribía á un amigo suyo: «¡Ay, amigo mío! ¡No sabe lo que ha perdido la República con la muerte de Quiroga! ¡Qué porvenir, qué pensamiento tan grande de hombre! ¡Quería constituir la República y llamar á todos los emigrados para que contribuyesen con sus luces y saber á esta grande obra»; el general Heredia recibió una armamento y dinero para preparar la guerra contra el «impío unitario» Santa Cruz, y se olvidó bien pronto del cuadro grandioso que Facundo había desenvuelto á vista en las conferencias que con él tuvo antes de su muerte.

Una medida administrativa que influía sobre toda la nación, vino á servir de ensayo ý manifestaciones de esta fusión unitaria y dependencia absoluta de Rosas. Rivadavia había establecido correos que de ocho en ocho días llevaban y traían la correspondencia de las provincias á Buenos Aires, y uno mensual á Chile, y otro á Bolivia, que daba el nombre á las dos líneas generales de comunicación establecidas en la República. Los Gobiernos civilizados del mundo, ponen hoy toda la solicitud en aumentar á costa de gastos inmensos los correos, no sólo de ciudad á ciudad, día por día y hora por hora, sino en el seno mismo de las grandes ciudades, estableciendo estafetas de barrio, y entre todos los puntos de la tierra por medio de líneas de vapores que atraviesan el Atlántico ó costean el Mediterráneo; porque la riqueza de los pueblos, la seguridad de las especulaciones de comercio, todo depende de la facilidad de adquirir noticias.

En Chile vemos todos los días, ó los reclamos de los pueblos para que se aumenten los correos, ó bien la solicitud del Gobierno para multiplfcarlos por mar ó por tierra. En medio de este movimiento general del mundo para acelerar las comunicaciones de los pueblos, don Juan Manuel Rosas, para mejor gobernar sus provincias, suprime los correos que existen en toda la República hace catorce