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“fuerza de un juramento”, aparecida como folletín en “La Nación” de Montevideo en 1859, con descripciones locales y reminiscencias históricas de las ciudades de San Carlos y Maldonado donde se desarrolla la trama.

En 1859, asimismo, publicó un drama en tres actos y un prólogo “Don Diego de Almagro o la primera conjuración de Lima”.

Falleció en Montevideo el 11 de octubre de 1885, habiendo ocupado la Fiscalía de lo Civil menos de dos meses.


PIGURINA, ÁNGEL Portogese

Marino y jefe del ejército, compatriota y compañero de Garibaldi, que lo distinguía con particular amistad y bajo cuyo mando estuvo en Italia y en nuestro país.

Conocido por un apellido de adopción, derivado tal vez de un apodo familiar conforme era corriente en la época, el verdadero era Portogese, que él mismo y luego sus descendientes redujeron a la sola inicial antepuesta al usual de Pigurina.

Había nacido en Cagliardi, Cerdeña en 1815. Su iniciación en la vida fué como marino mercante y en funciones de tal llegó al Río de la Plata.

Radicado en Montevideo desde hacía algún tiempo, aquí vino a encontrarlo la guerra contra el tirano Rosas. Entonces tomó servicio en los buques de la escuadrilla nacional, donde alcanzó el grado de teniente de marina.

Designado en 1843 comandante de la goleta de guerra “Intrépida”, tuvo ascenso a capitán al año siguiente con antigüedad de 14 de setiembre de 1843.

Pasó a servir en la Legión Italiana en 1845, donde tuvo destino en el servicio de escuchas, pero cuando Garibaldi se hizo cargo de la jefatura de la escuadra lo llamó a su lado, confiándole el mando del bergantín "Cagancha”, a bordo del cual Pigurina hizo la campaña del litoral hasta el Salto.

En desempeño de una comisión, estaba ausente de este pueblo el día en que se libró la batalla dé San Antonio, por cuya razón, cuando el presidente Flores le envió en febrero de 1854 la certificación que lo incluía entre los partícipes de la gloriosa jornada, testimonio que le daba derecho a usar el escudo de honor decretado a los actores en la batalla, Pigurina declinó la distinción. El gobierno insistió sin embargo en que la aceptara, entendiendo que era extensiva a todos los defensores del Salto en la campaña de 1845 - 46.

Designado Garibaldi Comandante General de Armas de la capital, Pigurina quedó con el mando superior de nuestros buques hasta el día de su embarque para Italia con su jefe.

En la península hizo la campaña del 48-49 y estuvo en la defensa de Roma donde fué gravemente herido el 30 de junio en el combate de Villa Spada, Vencidos los patriotas lo

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