miembros de la comisión que aconsejó el donativo de cincuenta mil pesos como premio al Presidente por haber triunfado de la revolución lavallejista.
Jefe Político de Paysandú en 1834, el 20 de marzo de este mismo año se le expiden despachos de teniente coronel de milicias “en atención a sus distinguidos servicios”.
Estaba de nuevo al frente de la misma Jefatura, — nombrado el 8 de octubre de 1835 — cuando los revolucionarios riveristas se alzaron en armas contra el gobierno constituído del general Manuel Oribe, de julio de 1838.
La situación de Basílio Pinilla, aislado y sin contacto con Montevideo, llegó a ser difícil, y atacada la población de Paysandú por los rebeldes, se vió obligado a abandonar la plaza. Pinilla se refugio en una embarcación de bandera argentina, pero el coronel Raña fué a sacarlo de allí, manteniéndolo preso en la cárcel hasta que fué conducido en idéntica condición al ejército rebelde titulado “Constitucional”. Derrotado este a órdenes del propio Rivera, por el que mandaba Ignacio Oribe en Carpintería el 19 de setiembre de 1836, Pinilla consiguió fugar incorporándose a las fuerzas gubernistas, y fué ascendido a coronel graduado el 29 de octubre.
Electo representante para la 3ª legislatura, que inauguro sus trabajos en febrero de 1837, su mandato caducó cuando aquella fué disuelta a la victoria de Rivera en 1838.
Hombre moderado en sus pasiones partidistas y sin verdadero temperamento militar, pasó el periodo de la Guerra Grande sin tomar parte activa en el ejército de Oribe, cuya política era en esta época, por otra parte, algo muy distinto de una política nacional.
En el interinato de Manuel Bustamante, Pinilla mereció el 14 de febrero de 1856, la designación de Cónsul de la República en Buenos Aires, cargo que ocupó por muy corto tiempo, pues en seguida de electo Gabriel A. Pereira, el decreto quedó sin efecto por nueva resolución del 12 de marzo.
Vacante la Jefatura de Paysandú, cuando el general Manuel Freire se alzó en armas en enero de 1858, nombróse para llenarla al ciudadano Basilio Pinilla el 5 de enero, desempeñando simultáneamente con el nuevo destino el de jefe del 1er. regimiento de la Guardia Nacional sanducera.
Confirmado en la Jefatura por el presidente Berro, los días turbulentos que trajo la invasión revolucionario del general flores, vinieron a trastornar una labor administrativa, sostenida y fecunda.
Propendió a poner la plaza en condiciones de defensa y más tarde, en el primer sitio de 1864, fué herido en une mano.
No alcanzó a hallarse en el último y tremendo sitio, en que la plaza fué tomada a sangre y fuego en enero de 1865, pues su deceso tuvo lugar el 11 de noviembre de 1864.
Entrando a juzgar la obra del funcionario realizador, honrado y pro-
