Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1015

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gresista, pocas veces se encontrará una obra más intensa que la de Pinilla, llevada a término en algún departamento de la República, Edificó la hermosa casa de la Jefatura — cuartel y cárcel — con un frente de 91 varas de azotea; la monumental iglesia parroquial; el Hospital estaba concluido a fines del 60 y sólo faltaba habilitarlo de muebles, habiendo costado nueve mil pesos, e hizo elevar a fines de 1859 en la plaza principal una estatua de la Libertad, destruída cuando el sitio. Mejoró las principales calles de la ciudad, comenzó la construcción de los caminos suburbanos y promovió la iniciativa particular, siendo la Sociedad Filantrópica de Señoras constituida el 18 de julio de 1858 una de sus felices y útiles fundaciones.

Hombre afecto a ciertas exterioridades, tal vez dejó de lado algunas cosas de verdadero interés, como las atinentes a instrucción pública, por otras que más decían con su carácter, como una gran banda de música con uniformes llamativos y maestros que contrató en Montevideo. Modo de ser que transunta en todos los aspectos su vida oficial, amigo de discursos retóricos y de ceremonias vistosas.

Funcionario emprendedor, escrupuloso administrador de los fondos públicos y un respetuoso de los derechos de todos, condiciones que cubren y compensan ampliamente los reparos que le pudieron poner sus contemporáneos, siendo detalle de singular extrañeza la resistencia que opuso a la introducción de la imprenta en Paysandú, llevada a punto de ponerse en conflicto con las autoridades municipales, las cuales ampararon desde el primer momento aquella preciosa conquista ciudadana.


PINTOS, JOSÉ Pedro

Periodista y hombre político, nacido en Maldonado en 1832. De hondas pasiones partidarias, profesó en su vida una especie de culto por el general Manuel Oribe, y a servicio del Partido Blanco y de su ídolo puso la gran facundia de su pluma y su palabra fácil.

Falto de conocimientos de fondo, supo sin embargo desempeñarse con brillo en las lides periodísticas y en las polémicas de su tiempo, mismo habiéndoselas con adversarios de la talla del Dr. Ambrosio Velazco, que siempre lo miró con superioridad un tanto depresiva.

En el periodo caótico que siguió al derrocamiento de Giró, siendo redactor de “La Nación” (1855), fué preso por creérsele autor de unas publicaciones anónimas tendientes a provocar conflictos internacionales. justificaba la sospecha la propaganda de su diario, empeñado en el azuzamiento de la hostilidad pública hacia la División Auxiliar brasileña, entre el pueblo y la gente de nuestra campaña.

Al principio de la presidencia de Pereira se le extrañó del país junto con sus exaltados correligionarios Narciso del Castillo y Pedro P. Díaz “porque no comprendían o no querían comprender” los elevados pro-

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