Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/103

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De este modo, la revolución del 25 de Mayo en Buenos Aires halló a Artigas reintegrado a sus funciones de policía en la campaña, pero no ajeno a las ideas nuevas que fermentaban, y una vez que, adelantados los sucesos, aquellas ideas y propósitos tuvieron una más clara definición, el capitán, que venía sirviendo a las órdenes del brigadier José Muesas, en la Colonia del Sacramento, abandonó las filas españolas cruzando el río Uruguay, rumbo a Buenos Aires, la noche del 2 de febrero de 1811, en compañía de Rafael Ortiguera, teniente de su misma compañía, para ofrecer su espada a la patria.

Su concurso, que Mariano Moreno ya había señalado como valioso, se aceptó por la Junta Revolucionaria a la cual acudió a presentarse, y Artigas tuvo encargo de preparar, desde la fronteriza provincia de Entre Ríos, el levantamiento de la Banda Oriental, utilizando al efecto sus relaciones y su prestigio en la tierra nativa, y los hilos que virtualmente estaban tendidos.

Los primeros pronunciamientos tuvieron por teatro el pueblo de Belén, en el Alto Uruguay, y el campo de la costa del arroyo Ascencio, en Soriano, y a su preparación no eran ajenos Artigas o los agentes suyos.

La hora esperada parecía haber sonado y con los auxilios que proporcionó la Junta, la cual lo había promovido a teniente coronel efectivo por decreto de 9 de marzo, arribó a su provincia al mes justamente de tener mando — 9 de abril — a fin de tomar intervención personal en la guerra, trayendo a sus inmediatas órdenes ciento cincuenta plazas del Batallón de Patricios.

Aceptado generalmente como verdad que el desembarco se haya producido por el actual departamento de Colonia, en la Calera de las Huérfanas, hay pareceres muy respetables que consideran que la ruta de Artigas debió ser, saliendo de Entre Ríos, el camino que lo llevó al campamento de Capilla de Mercedes de Soriano, lugar donde asentaban las fuerzas patriotas, cuya jefatura habían confiado las autoridades de Mayo al general Manuel Belgrano, a su regreso, vencido, del Paraguay.

Llamado este a Buenos Aires a responder del fracaso de dicha expedición, José Rondeau fué el jefe que vendría a sustituirlo.

Artigas tomó la jefatura de la vanguardia patriota iniciando marcha hacia el Sur.

Su presencia determinó una rápida agudización del sentimiento insurreccional, puesto de manifiesto en innumerables incorporaciones de gente en armas por la patria, acusadas en toda la extensión de la provincia que, llamada entonces Banda Oriental, presto hallóse bajo el control de los patriotas.

Solamente los pueblos de cierta importancia, con Montevideo como baluarte principal, quedaron bajo la obediencia de las autoridades es-

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