Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/104

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pañolas y las primeras hostilidades no tardaron en producirse, registrándose triunfos para la patria en Paso del Rey, sobre el río San José — 21 de abril — y en el ataque y toma de la villa del mismo nombre el 25, mientras oficiales suyos vencían a los españoles en Maldonado y en San Carlos.

Artigas iniciaba entonces, a la vez de su marcha, una carrera de político y de soldado que sólo debía durar nueve años, que no son nada, si bien se mira, en una vida que totalizó ochenta y seis, pero que fueron bastantes para que, por su obra y su gravitación futura, pueda considerársele como una de las personalidades más vigorosas y completas de la historia continental.

Trasladado su cuartel general a San José, Artigas reunió sus fuerzas con las de su pariente Manuel Francisco Artigas, y avanzando con unos mil hombres sobre los realistas que operaban en Canelones, obtuvo sobre ellos, al mando del capitán de marina José Posadas, el 18 de mayo de 1811, la victoria de Las Piedras, batalla campal en que el jefe español rindió su espada al soldado montevideano y donde este — al decir del Dean Funes — “manifestó un gran valor y un reposo en la misma acción, con que supo encender y mitigar a un mismo tiempo, las pasiones fuertes y vehementes de su tropa”.

Las dianas de la Provincia Oriental resonaron, así, como los primeros acentos triunfales de la Revolución de Mayo ; otras, que las estrofas del himno nacional argentino recuerdan : San Lorenzo, en las altas barrancas del Paraná, y Suipacha, en los lejanos confines del Virreynato, harían eco a las dianas de San José y de Las Piedras.

Continuando su marcha rumbo al Sur, el 21 del propio mes de mayo Artigas apareció con sus huestes en el Cerrito, altura de donde se divisa de cerca a Montevideo, e intimó rendición al gobernador Francisco X. Elío, que mandaba la más poderosa plaza fuerte de España en las costas del Atlántico. El español, como es natural, rechazó de plano al emisario artiguista y fué preciso pensar en la formalización del sitio. El nuevo jefe enviado por la Junta Revolucionaria, general José Rondeau, llegó recién el 19 de junio al campo del Cerrito, tomando en seguida la dirección de las fuerzas patriotas.

La invasión de un ejército portugués a las órdenes del general Diego de Sousa, que en julio del año 11 penetró hasta Melo y Maldonado, y cuyo auxilio había conseguido el jefe español encerrado en Montevideo, a título de favorecer comunes intereses dinásticos de los Borbones de la Península, uniéndose a los reveses militares experimentados por la causa independiente, cuyos soldados al mando de Balcarce habían sido deshechos en Huaquí, en el Alto Perú, dieron motivo a que la Junta de Buenos Aires negociara con Javier de Elío.

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