la campaña de su hijo el Dr. Juan Andrés Ramírez, director del periódico metropolitano “El Siglo”, en discrepancia con la política del gobernante.
En la presidencia de Williman, volvió el Dr. Gonzalo Ramírez, por tercera vez, a ocupar nuestra Legación de Buenos Aires por decreto de 7 de agosto de 1908, y una nueva vez, asímismo, pudo prestar importan servicios al país, siendo el mejor colaborador de nuestro canciller Antonio Bachini en la obra de acercamiento internacional de ambas repúblicas, a base de sana y de clara política, que tradujo en un tratado que honrará siempre a los negociadores.
Permaneció en la Legación hasta principios de 1910, época en que su salud hallábase ya quebrantada, y de vuelta en Montevideo, el 9 de enero de 1911 concluyeron los días de tan distinguido ciudadano.
RAMÍREZ, JOSÉ PEDRO Florencio
Ministro de Estado, legislador, orador y periodista, con destacada figura en nuestra historia.
Hijo de un rico terrateniente de Cerro Largo, Juan Pedro Ramírez y de Consolación Alvarez, argentina, había nacido en Montevideo el 7 de noviembre de 1838.
Hizo con notable aprovechamiento estudios universitarios en la capital, hasta que recibió título de doctor en Jurisprudencia el 19 de julio de 1857.
Pronto tuvo prestigio entre los jóvenes de su generación, y como los principales de ellos, fué cultor de las letras, iniciándose con un drama en tres actos y un prólogo “Espinas de la orfandad”, que la celebrada actriz Matilde Duclós puso en escena en el Solís el 16 de setiembre de 1859. En 1861 fué redactor principal de un periódico forense y literario titulado “El Plata”, donde inició la publicación de su novela histórica “El torrente o las tres épocas”. Resentida su salud por esta época hizo un viaje al Paraguay, buscando mejor clima. Redactor de “El Siglo”, recién fundado, abandonó el cargo cuando este diario aceptó, contra su voluntad, un artículo del Dr. Manuel Herrera y Obes en el cual, en propaganda de fusión, confundía en un común anatema a los dos partidos históricos. Eran días de aquellos 20 años en que — conforme tuvo ocasión de recordarlo en 1899 — había militado en filas del Partido Colorado “en puestos de combate diario e implacable”.
Opositor al gobierno de Bernardo Berro, pasó a Buenos Aires, poco después, como revolucionario y fué el redactor de la histórica proclama del general Venancio Flores cuando invadió la República el 19 de abril del 63. Derrocado el gobierno de Aguirre, el caudillo vencedor lo designó Juez de Comercio el 3 de marzo del 65. La demora de Flores en restablecer la normalidad constitucional dió lugar, pronto, a una a entre los colorados que exi-
