Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1066

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

bajo formulismos legalistas, no se excluyan decretos y acuerdos odiosos y atentatorios a las libertades esenciales. La fuerza de los sucesos que arrastraban al país a un despeñadero de violencias, lo pusieron en el caso de dejar el ministerio; cuando la revolución encabezada por el general César Díaz conmovía la República. Pereira le dió por reemplazante a un hombre de tan encendidas pasiones y tan duro como el Dr. Antonio de las Carreras, el que “pasaría inmediatamente a recibirse del cargo” conforme el texto del decreto.

Con la misma fecha se le agradeció a Requena, por nota separada y especial, la decisión y lealtad con que había secundado la política del presidente “así como la abnegación que había motivado su renuncia”.

Auditor de Guerra por nombramiento de Berro el 7 de enero de 1862, hizo abandono del cargo cuando la revolución del general Flores venció en febrero del 65.

Radicalmente cambiado el orden de los partidos, el dictador colorado no quiso privar al país de los importantes servicios del Dr. Requena y lo nombró catedrático de Procedimiento Civil el 16 de junio del mismo año 1865.

Jurisconsulto de gran preparación y uno de los estudiosos maestros de derecho que han existido en la República conforme lo prueba su intensa y notable labor de codificador, el Dr. Joaquín Requena, ni en época en que gobernaban sus correligionarios políticos ni en ninguna otra, tuvo los votos de la Asamblea para ocupar un asiento en el Superior Tribunal de Justicia, donde sin embargo encontraron ubicación muchas figuras mediocres, indignas algunas de semejante distinción.

En cambio de estos honores que sabe dispensar la política en sus raras combinaciones, el Dr. Requena figuró como uno de los tres autores del Código Rural, correspondiéndole a él, como debía ser, toda la parte facultativa del largo trabajo que duró de 1873 a 1875. En 1876 el dictador Latorre lo hizo miembro de la comisión redactora del Código Militar, y actuó como uno de los revisores del mismo en 1882; en 1878 integró la comisión encargada de rever el Código de Procedimiento Civil; en 1884 fué de los autores del Código de Minería, y en 1885 presidió la comisión redactora del Código Penal en vigencia hasta hace poco.

En 1887, muy anciano ya, cuando ostentaba, de tiempo, el decanato de los abogados nacionales, el gobierno de Tajes incluyó su nombre, el primero, en la lista de los caracterizados juristas a quienes se solicitaba dictamen acerca de los famosos y discutidos contratos del Puerto de Montevideo, negociados en Londres entre el ministro uruguayo Carve y el sindicato Cutbil Son and de Lungo. (Ver Amaro Carve y MeIitón González).

En esa emergencia la sagacidad y el saber del Dr. Requena presentaron “a la sorpresa, el asombro y aún la duda” de sus colegas, la falla

— 1066 —