enero de 1875 estuvo en el sitio que correspondía a los ciudadanos de honor. Esta circunstancia, a la que se agregó la animadversión personal de alguno de los altos secuaces del régimen que entronizó el motín del 15 de enero, determinaron su inclusión en el grupo de 15 ciudadanos que el gobierno de Pedro Varela metió a bordo de la barca mercante “Puig”, transformada para el caso en transporte de guerra nacional, para que los llevase en calidad de deportados políticos a las Antillas, el 24 de febrero, esperando que el mar o las fiebres tropicales dieran cuenta de ellos.
De regreso en el Río de la Plata, salvada la peligrosa travesía, tomó parte en la revolución Tricolor, reacción armada de la ciudadanía en la primavera del mismo Año Terrible, que procuraba la restauración del imperio de la ley. Aplastado el patriótico propósito por la fuerza de los batallones de línea y los contingentes que aportaron al gobierno usurpador los militares colorados y blancos de las fracciones que se titulaban netas, la carrera militar del mayor Robido vino a hallarse virtualmente quebrada, una vez que no depuso su actitud de opositor a los gobiernos de Latorre, de Vidal y de Santos, subsiguientes al del 15 de enero.
Vivía en Montevideo, fuera de servicio y en actividades civiles, afiliado al Partido Constitucional, cuando emigró a la Argentina para tomar parte en los trabajos revolucionarios que se venían haciendo, y el día que éstos corporizaron en la invasión al país por Guaviyú, en marzo de 1886, Robido estaba en las filas ciudadanas. Envuelto en la derrota del 31, en Quebracho, fué de los que acompañaron al general Enrique Castro cuando éste abandonó el campo, y junto con él pudo atravesar el Uruguay, pasando a Entre Ríos sin caer prisionero.
La reacción civilista que aparejó el gobierno del general Máximo Tajes le permitió repatriarse, siendo incorporado al ejército el 24 de noviembre de 1886, y ascendido a teniente coronel el 23 de agosto de 1887, cuando llevaba quince años de sargento mayor.
El 10 de octubre de 1891, vuelto entonces al partido antiguo, el presidente Herrera y Obes promovió a coronel graduado al antiguo compañero de la deportación del 75, y pocos días antes de concluir su periodo de mando lo hizo efectivo, el 17 de febrero de 1894. En este periodo había desempeñado la segunda jefatura del Estado Mayor General del Ejército desde el 21 de julio de 1893 hasta el 12 de abril de 1894, como asimismo el cargo de Jefe Político de Treinta y Tres con carácter interino, por espacio de seis meses.
Haciendo un paréntesis a su vida de militar, el 9 de mayo de 1894 pasó a ser Cónsul de la República en Marsella, sirviendo el puesto hasta el 8 de julio de 1398, que se le designó Jefe del Parque Nacional.
Arrastrado por la opinión públi-
