Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/110

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poder fué ejercido sucesivamente por Otorgués y por Miguel Barreiro, conforme a delegación de Artigas, y en su término se instituyeron la primer bandera y el primer escudo de armas de la libre Provincia Oriental,

Al mismo corto período corresponden también varias generosas iniciativas de progreso y de orden, como la creación de la Biblioteca Nacional, los servicios de rentas y policía reorganizados, etc.

El caudillo, entretanto, permanecía en su campamento del Hervidero, como activo factor de los sucesos que iban a desarrollarse en el vasto escenario de las provincias. Estos culminaron en la sublevación del ejército directorial en Fontezuelas, aparejando la caída de Alvear y la disolución de la Asamblea Constituyente que sesionaba en Buenos Aires, el 16 de abril de 1815.

El coronel Alvarez Thomas, erigido en nuevo Director, trató de acordar su política con la de Artigas a quien la Provincia Oriental reconocía como su jefe natural, mientras las de Entre Ríos, Corrientes, Santa Fé y Córdoba eran gobernadas por elementos que respondían a sus propósitos. Una Liga Federal estaba virtualmente constituída, y Artigas trazaba sus rumbos con el título de Protector de los Pueblos Libres, buscando la organiación bajo el gobierno federativo democrático, derivado de la voluntad popular, base de toda soberanía. Es en tal ocasión que Alvarez Thomas envió al gran caudillo, para que dispusiera su castigo, a varios jefes de la fracción vencida, prisioneros y rehenes, los mismos que el Protector no quiso admitir, diciendo con altiva nobleza que él no era el verdugo de Buenos Aires.

Como debe notarse muy bien, en este trascendental momento histórico Artigas adquiere perfiles de estadista que no encuadran en el título de jefe de una simple provincia. Sus firmes rumbos democráticos, sus ideas de gobierno con fórmulas o concepciones enteramente nuevas, o adivinadas apenas todavía, uniéndose a la enorme vastedad del escenario, lo convierten en una figura continental.

Los dos principios antagónicos que se disputan la primacía en el antiguo virreynato platense se hallan frente a frente y de modo claro. El federalismo con el Protector, que sienta sus bases en el Congreso de Concepción del Uruguay — Julio del año 15 —, y el unitarismo de Buenos Aires con su Directorio, que proclama la independencia de las Provincias Unidas por boca del Congreso de Tucumán, el 9 de Julio de 1816, elabora una constitución inaplicable y busca como fórmula de solución el implantamiento de una monarquía absurda.

No era fácil prever hasta que extremos podría llegarse en la lucha, y poco seguros de su fuerza, los hombres de Buenos Aires maniobraron en el sentido de traer al terreno a los portugueses, que eran

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