que retirarse por exigencias de su salud.
Gabriel A. Pereira, en ejercicio del Poder Ejecutivo, lo llevó al Ministerio de la Guerra el 6 de febrero de 1839, y Rivera, elegido por 2ª vez Presidente de la República el 1° de marzo, lo conservó en el puesto, correspondiéndole actuar en los días en que la República se vió obligada a enfrentar con las armas las pretensiones del Gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel Rosas.
Gravemente enfermo y abrumado por las tareas de su puesto, hallóse en la precisión de abandonar el gabinete el 5 de marzo de 1840, después de un año de intensas actividades.
Revistando en el Estado Mayor Activo, en febrero de 1843, vino a encontrarlo el sitio de Montevideo, y en el período más duro del asedio, compartiendo esperanzas y privaciones con muchos gloriosos compañeros militares argentinos proscriptos por la tiranía, veteranos como él y como él refugiados en la ciudad heroica, falleció el brigadier general José Rondeau el 18 de noviembre de 1844.
Enterrado con excepcionales honores, sus restos, que descansaban en el Cementerio Central, fueron solicitados en 1891 por el gobierno argentino a fin de reintegrarlos a la patria natal; pero el de la República determinó con fecha 3 de julio que sus cenizas debían permanecer en el Uruguay, al cual había servido como a su patria, lo mismo en horas de gloria que de gravedad extrema, después de haber sido una de las más limpias figuras de la epopeya de la emancipación, por su probidad y su valentía, aunque no fué un general de sobresalientes capacidades militares. Una de las más céntricas avenidas de la capital recuerda su nombre.
ROS, FRANCISCO José Jaime
Senador, topógrafo e historiador.
Hijo de un comerciante catalán de su mismo nombre y de Juana Rivero, de Maldonado, era nacido en Montevideo el 10 de abril de 1855.
Desde joven, no sólo demostró buenas condiciones de estudiante en el colegio de los Escolapios, sino también afición al dibujo, que le permitió obsequiar al coronel Angel Muniz con un retrato hecho de su mano.
Recibido de Agrimensor en el año 1872, colaboré en la revista del Club Universitario y vinculado después al Ateneo, figuró en sus Juntas directivas y fué desde la tribuna de esta casa donde principió la campaña que iba a orientar toda su vida: la solución por las costas del Este del problema de la vialidad nacional, estableciendo un frente marítimo atlántico cuyo centro debía estar en el puerto de la Coronilla, en el departamento de Rocha.
Blanco y luego nacionalista, participó en trabajos revolucionarios contra el gobierno de Santos en 1886, estando emigrado en el Brasil.
