Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1148

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Emigrado de su país, llegó al Río de la Plata en 1871, y después de un tiempo de permanencia en Montevideo y Buenos Aires, se fué al Paraguay, donde intervino activamente en política.

De regreso en nuestra capital en 1877, vivió del ejercicio de la procuración, y en 1880 trasladóse a Tacuarembó para establecerse en la villa de San Fructuoso, su capital, ocupado en asuntos judiciales.

Allí, donde al principio era adicto de la Jefatura y co-redactor de un periódico oficialista, rompió sus relaciones con el Jefe Político, Manuel Suárez, suponiendo que éste era obstáculo para el nombramiento que pretendía de Oficial 1° de la Jefatura. Hombre de temperamento violento y tan despejado como agrio de lenguaje, pronto se embarcó el español en una campaña de ataques contra el delegado del Poder Ejecutivo, llevados en forma descomedida.

Suárez, por consejo del Juez Letrado Departamental, el Dr. José Varela Stole, lo redujo a prisión el 2 de setiembre de 1881, y el Juez — paisano de Sánchez Caballero — se encargó de instruir un sumario del cual éste aparecía como reo de desacato, tentativa de soborno, provocación y otros cargos que caían bajo la jurisdicción de la justicia del crimen de primera instancia.

Sánchez Caballero apeló y la cuestión, salida ya del terreno de origen, pasó a la calle, apasionando la opinión local.

El Jefe Político vino a Montevideo en consulta y una vez de regreso determinó el envío del prevenido a la capital. Sánchez por su lado solicitó que se le permitiera realizar el trayecto de Tacuarembó hasta Durazno — la más próxima estación de ferrocarril — en una diligencia o carruaje, siendo de su cuenta todos los gastos que se originaran, pero el Juez no hizo lugar a ese trato de excepción, y con la custodia policial de orden, el prevenido fué sacado de la cárcel de San Fructuoso a las 11 de la noche del 3 de octubre de 1881.

El día 8, el Jefe recibía un parte del capitán Juan Sosa, que mandaba la escolta, noticiándole que el 4 había tenido la desgracia de que, cerca de la casa de Anita Borches, se le escapara el preso juntamente con uno de los guardias civiles de la custodia, añadiendo que se habían “cerrajado dos tiros” a los fugitivos.

Sosa y sus restantes hombres regresaron a Tacuarembó, y nada más se supo desde entonces del paradero de Sánchez Caballero, como tampoco del guardia civil que lo acompañó en la fuga, aunque de éste nadie se preocupó ni por un momento. Las pesquisas para dar con el desaparecido español — muerto o vivo — en las cuales participó, con febril excitación, el vecindario de la villa, no tuvieron éxito, como tampoco se pudo aclarar nunca el fondo del drama, cualquiera que fuese. Suárez renunció la jefatura, sustituyéndolo Carlos Escayola, y del sumario levantado por la real o supuesta fuga, no resultó cargo en contra suya.

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