Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1176

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nistro del Exterior Andrés Lamas.

Después de caer del poder el Partido Blanco, al cual lo ligaba tradición familiar, sin concluir todavía la guerra de la Triple Alianza, pero ocupada ya Asunción por los ejércitos aliados, se trasladó a la capital paraguaya a ejercer la abogacía. De esta permanencia arrancaron muchos de los vínculos amables que unieron al Dr. Sienra Carranza con la República guaraní, En Asunción, por cuestiones profesionales, fué objeto de un atentado personal — recibió una brutal pedrada en la cabeza — y más tarde, habiendo enfermado de gravedad, se vió en el caso de abandonar aquellas tierras calientes,

Nacionalista después del año 1872, en el gobierno del Dr. Ellauri volvió a la Asunción nombrado Ministro Plenipotenciario del Uruguay el 13 de agosto de 1873, ejerciendo su alto cargo hasta que el gobierno usurpador del 15 de enero de 1875 lo despojó de su investidura.

Con estudio abierto en Montevideo ese propio año, la sala de doctores lo votó para rector de la Universidad, pero el Dr. Sienra declinó el cargo, agradeciéndolo, “por no verse forzado a quebrar con principios y convicciones de cuya observancia no le era dado separarse”, según las palabras de su renuncia.

Director de “La Democracia” en 1876, abandonó el cargo por razones semejantes, sin querer ajustar su propaganda política a lo que el dueño del diario, Dr. Juan José de Herrera — político práctico — llamaba “la presión de las circunstancias”.

Muy ilustrado, hombre de amplias lecturas, gozó de alto concepto entre los intelectuales de su época, colaboró de mozo en “El Iris”, y fué el primer presidente del Ateneo, Descolló como orador y cultivó la poesía, logrando acierto en algunas composiciones de corte sentimental, como por ejemplo la que se titula “A una paraguaya”.

Opositor intransigente durante el período santista, que combatió en “El Plata” junto con Carlos María Ramírez, se opuso tenazmente dentro del Partido Constitucional — al cual había adherido cuando esta nueva parcialidad se organizó — al acuerdo político de 1888 conocido por la Conciliación, y fulminó anatema contra el Dr. José Pedro Ramírez y sus compañeros de gabinete. Este, en carta al Dr. Juan Carlos Blanco, rebatió, con éxito, las exageraciones doctrinarias de Sienra y Carranza.

Opositor asimismo a los distintos gobiernos sucedidos en el país, su orientación obedecía principalmente a que vivió casi siempre fuera de la realidad, con la obsesión de prejuicios históricos que el tiempo, en vez de atemperar, los exaltaba.

Después de los sucesos políticos de 1898 coronados con la dictadura de Juan L. Cuestas, en la legisla. tura subsiguiente, realizada a base de una votación figurada, pues conforme al llamado “acuerdo electoral” las bancas estaban repartidas de antemano entre los sectores políticos adictos al régimen, al Dr. Sienra y Carranza se le adjudicó una banca

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