Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1197

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gente se enterara de que lo sabían para luego sacar deducciones de ello.

El repentino sacrificio de su hijo trajo como consecuencia la inmediata quiebra de relaciones entre el dictador y Juan José Soto, el cual, ausentándose para Buenos Aires, nunca más volvió a residir en el país.


SOTO, EUGENIO

Distinguido jefe del ejército, caído en la Plaza Constitución el 10 de enero de 1875, entre los votantes de la lista principista.

Había visto la primera luz Montevideo en el año 1834, y siendo muy joven aún alcanzó a servir en el último período de la Guerra Grande.

Acompañó al general Flores en la revolución iniciada en el año 1863, siendo de los primeros que se reunieron en Buenos Aires para invadir a órdenes del comandante Atanasildo Saldaña. Destinado en clase de teniente al batallón “Florida”, donde ascendió a capitán, pasó más tarde en calidad de ayudante del coronel Francisco María Acosta, a cuya influencia debió luego, terminada la guerra, un destino en la Aduana de Montevideo, habiéndosele reconocido el grado de capitán en febrero de 1865.

En agosto de este mismo año tuvo a su cargo el Cuerpo Auxiliar de Policía, ascendiendo a sargento mayor el 1° de setiembre del mismo año 65.

Pasó de inmediato al ejército de operaciones en el Paraguay, tocándole hallarse en las batallas terribles que se iban librando en territorio enemigo. El 4 de mayo del 66, después de la derrota de Estero Bellaco el día 2, cumplía una comisión en vanguardia, cuando se vió cortado por una fuerza paraguaya. Consiguió escapar sin embargo y ocultarse en la espesura de los montes, hasta que afrontando peligros continuos — en vísperas de Tuyuty — logró volver al ejército donde, por su prolongada ausencia, se le tenía por muerto o prisionero, y revistaba con nota de “desaparecido” desde el 17 de mayo.

Devoto de los militares de viejo cuño que llegó a conocer; los que prefirieron los principios a los caudillos en pleno sitio de Montevideo, su carrera militar vióse naturalmente demorada, con largas revistas en la Plana Mayor Pasiva, de tal modo que, solamente en marzo de 1871, después de servir un año combatiendo a los revolucionarios blancos que encabezó el coronel Timoteo Aparicio, obtuvo la efectividad del grado que se le confiriera al marchar a la guerra del Paraguay.

En el curso de aquella campaña, a pesar de su mal estado de salud, formó parte del Ejército del Norte y en el del Sur, encontrándose en las batallas de Severino, Corralito y Cardozo, y fué 2° jefe de la División Salto, a órdenes del coronel Hipólito Coronado.

A servicio del gobierno de Ellauri, alcanzó a dispersar en Puntas del Queguay, departamento de Paysan-

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