Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1206

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guerra de recursos, única posible después del desastre de India Muerta, el 16 de noviembre del año anterior.

En la época dolorosa de la dominación extranjera, no ocupó ninguna posición en la vida política, donde algunos de sus antiguos amigos personales figuraron. “Su alejamiento y su oscuridad eran una protesta. Se mantuvo alejado y oscuro”.

Cooperó a la empresa libertadora de Lavalleja, en 1825, por todos los medios a su alcance, y fué electo diputado por Florida para formar parte de la Sala de Representantes de la Provincia Oriental, que declaró la independencia el 25 de agosto, para incorporarse de inmediato a las demás provincias del Río de la Plata.

Gobernador Delegado por voto público el 5 de julio de 1826, inauguró su administración teniendo por ministro general a Juan Francisco Giró, y ejerció con acierto sus funciones hasta el 22 de diciembre del 28, salvo pequeños interregnos.

Despojado del mando por la violencia del general Juan Antonio Lavalleja en octubre de 1827, se resistió a la entrega del gobierno, retirándose a la vida privada.

Al nacer la República por la Convención de Paz del año 28, interinó el poder hasta el arribo del Gobernador Provisorio general Rondeau, y en ese período fué creada la bandera nacional, que izó por sus propias manos.

Diputado en la legislatura, fué llamado por el presidente Rivera para desempeñar el ministerio de Gobierno y Relaciones Exteriores e interino de Guerra, el 19 de setiembre de 1831, pero el 7 de noviembre abandonaba el cargo y alejado de los negocios, no tuvo rol en los sucesos militares del año siguiente.

Reelecto para representante por Montevideo para la 2ª legislatura, en 1834, al concluir su término, en 1837, se le votó senador en Cerro Largo.

Mediador para negociar el convenio de 22 de octubre del 38, que puso fin a la revolución riverista y al gobierno de Oribe, el 15 de febrero del 39 resultó electo presidente del alto cuerpo, en virtud de lo cual, ausente en campaña el general Rivera, pasó por primera vez al ejercicio del Poder Ejecutivo para desempeñarlo casi un año. En ese término, a fines del 42, el desastre militar de Arroyo Grande abrió las puertas del país a la invasión, y el general Manuel Oribe, al frente de sus tropas uruguayo-argentinas, pudo llegar a las puertas de Montevideo, en febrero de 1843.

Resuelta la resistencia a todo trance y hasta el último extremo, Suárez aceptó el temperamento sin vacilar y con absoluta tranquilidad de espíritu, asociando sus esfuerzos al del animoso grupo de hombres civiles y militares que hicieron el milagro de colocar a la capital en estado de defenderse.

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