peró en la etapa del militarismo triunfante con Latorre y Santos, ganando los ascensos en los cuerpos de línea donde fincaba el poder de aquellos gobernantes galoneados, cuya suerte se vinculaba hondo a los batallones.
Pero constituidos los grupos, como tiene que suceder siempre, con figuras de distintas tendencias y caracteres, Salvador Tajes, a la par de Máximo Tajes, Pedro de León, Andreu y algunos otros, contaba entre los elementos que podían llamarse de selección dentro del ambiente, por su nivel de cultura y por su medido carácter.
Ningún cargo de índole personal, efectivamente, formuló contra Salvador Tajes en aquella época, una prensa en todo momento pronta para el ataque, la denuncia o la imputación, sin que le inquietara poco o mucho asegurarse de la verdad de lo afirmado, ni de que fueran o no armas vedadas las que esgrimía en la lucha.
Empezada la carrera como soldado del Batallón de Guardias Nacionales N° 1, el 21 de febrero de 1868, movilizado inmediatamente de la muerte violenta del general Flores, continuó Tajes en el mismo cuerpo donde llegó a subteniente el 15 de agosto de 1870, y a teniente 2° el 13 de enero del 71. sirviendo contra los revolucionarios blancos que encabezaba el coronel Timoteo Aparicio.
El 30 de diciembre de 1872 ingresó en el arma de infantería del ejército de línea, en su propia categoría y con antigüedad de 13 de agosto de 1870, estando en el batallón 4° de Cazadores.
Los sucesos de enero de 1875 aceleraron el ritmo de una carrera militar escasamente promisora hasta entonces: teniente 1° el 1° de febrero de aquel año, alcanzó a capitán el 28 de setiembre del 76, sirviendo siempre en el mismo batallón 4°. Transferido al 3° de Cazadores el 9 de setiembre de 1879, fué ascendido a sargento mayor y designado 2° jefe del cuerpo el 26 de abril de 1880; teniente coronel graduado el 18 de mayo de 1881, el 8 de marzo de 1882 Santos le confió la jefatura del 3°, y otorgóle la efectividad de teniente coronel el 24 de febrero del 83.
Jefe Político de Paysandú — donde se le conocía de antes por haber estado de guarnición con el cuerpo que mandaba — nombrado en 1882, con retención de su puesto en el 3° de Cazadores, demostró ser un funcionario correcto, honesto y activo, a quien, en ocasión de unas diligentes pesquisas gracias a las cuales fueron aprehendidos dos temibles delincuentes, la colonia española reconocida, le obsequió con una medalla de oro.
En el desempeño de su cargo tocóle perseguir y disolver, en 1885, al grupo revolucionario que, bajo las órdenes del comandante nacionalista Juan F. Mena, conmovió por unos días el orden público.
Coronel el 9 de febrero de 1886,
