Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1225

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acompañó al general Máximo Tajes en su evolución política, siendo designado el 28 de diciembre de ese año Jefe Político de la capital, título de ser uno de los hombres adictos al nuevo estado de cosas. En días de expirar su término presidencial, Máximo Tajes le otorgó las palmas de general de brigada el 26 de febrero de 1890.

Comandante Militar del sur del Río Negro el 21 de marzo del mismo año, e Inspector de Infantería el 29 de noviembre, el 10 de febrero de 1892 entró a integrar el Tribunal Militar de Apelaciones.

Alterada la paz pública en 1897 por una revolución nacionalista, desempeñó el cargo de jefe de Estado Mayor del Ejército del Sur y luego de pacificado el país, habiendo adherido al golpe de fuerza dado por Cuestas en febrero de 1898, tuvo el destino de Jefe del Estado Mayor del Ejército el 16 de julio. Mantúvose en el cargo hasta el 1° de setiembre, fecha en que elevó su renuncia por no prestarse a secundar una serie de medidas atentatorias planeadas por el dictador.

El 21 de enero de 1910 fué designado Comandante Militar de Minas, y el 24 de octubre del mismo año su jurisdicción se extendió a los departamentos de Minas, Rocha y Maldonado. Estuvo en tal destino hasta el 10 de febrero de 1911, y en este año ingresó al Supremo Tribunal Militar. En el desempeño de ese cargo terminaron sus días el 13 de mayo de 1912.


TAVOLARA, JOSÉ ANTONIO

Periodista, político y hombre de letras. Montevideano, de origen español, había nacido en 1821.

Completó Tavolara su educación en España y al regresar a la patria en 1854, alistóse en las filas de los olorados conser lores, tomando parte activa en los sucesos revolucionarios de 1855. Redactor de “El Sol Oriental” y de “El Pueblo”, durante el gobierno de Gabriel A. Pereira, emigró en los días de Quinteros. En esta época, tormentosa y llena de peligros, demostró una energía y un civismo nada comunes; y apenas seca la sangre de sus compañeros de causa sacrificados en 1858, vino nuevamente al país para reanudar la lucha opositora. El gobierno despótico de Pereira, haciéndolo objeto de un abominable atropello, condenó al periodista adverrio, por vía administrativa, a servir como simple soldado en las policías del coronel Bernardino Olid, en el departamento de Minas (mayo de 1859). Si el castigo no se llevó a sus extremos, sobra para calificar al gobernante que fué capaz de disponerlo. Después del triunfo de la revolución de Flores, Tavolara, que había emigrado a Buenos Aires, volvió a la República, siendo electo diputado por Canelones, aunque la elección fué anulada por vicios de forma.

Redactor jefe de “La Tribuna”

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