Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1226

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(1866-67), propició en “El Demócrata” la candidatura presidencial de Gomensoro, en 1872. Retirado del periodismo, volvió a la prensa como uno de los redactores de “El Heraldo”, cuando lo fundó Julio Herrera y Obes en 1880, y más tarde tentó fortuna en un cotidiano de vida efimera “Las Novedades” en 1881. Director del Museo - Biblioteca Nacional, hizo una administración poco brillante, pues ni era bibliófilo ni era museísta, a despecho de sus aficiones literarias y de su opúsculo “Creación de una nueva Biblioteca Nacional en Montevideo” (1873).

Diputado por Florida en la legislatura 1888-91; reelecto para la de 1891-94, era representante por el departamento de Tacuarembó en la 18ª, cuando en la elección de marzo de 1894, hizo Presidente con su voto al Dr. José E. Ellauri el día 12.

Los escrutinios, sin lograrse mayoría para ninguno de los candidatos votados, venían sucediéndose desde el 1° y hacían cada vez más tirante la situación política, que podía hacerse grave.

Tavolara pertenecía a la fracción tajista, sufragante por Tomás Gomensoro, pero cuando la solución presidencial dependió de un solo voto, fiel a las manifestaciones que tenía hechas dos meses antes, haciendo un acto de abnegación necesario sumó el suyo a los votantes de Ellauri, logrando mayoría.

“Se desligaba de su grupo al hacerlo así, explicó, pero no me voy al otro: me quedo solo”.

Ellauri no aceptó la presidencia — único ejemplo en nuestra historia y las votaciones se reanudaron hasta la elección de Idiarte Borda el día 21.

En 1898, conminado con la mayoría parlamentaria, por Juan L. Cuestas, que ejercía el cargo de Presidente interino, a que se le votara para Presidente efectivo bajo amenaza de ser arrojados de sus puestos, optó por la expulsión, dando otro ejemplo de conducta ciudadana.

Desde entonces, Tavolara no figurará más en nuestra política. Dedicó sus últimos años a reanudar antiguas lecturas y aficiones literarias de juventud, producto de las cuales habían sido sus ensayos teatrales — sin más allá — “Cosas de todos los días” (1858) y “Como se enamora”; la Revista Literaria publicada en 1865 y el semanario “El Panorama”, interesante aún por varios conceptos y por la calidad de sus colaboradores, aparecido en 1877.

Se debe a Tavolara, también, la incorporación al medio cultural de la República, en 1865, de un hombre de tanto valor intelectual como Luis D. Destéffanis, a quien había conocido en la Argentina y por quien supo interesar al general Flores en la hora de su triunfo.

Falleció en Montevideo el 12 de mayo de 1909.

Probado y fiel amigo del Dr. Julio Herrera y Obes “en la trágica expiación de la grandeza”, el ilus-

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