Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1258

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ro, el 19 estalló en la capital una revolución del Partido Blanco, preparada y dirigida por el ex-presidente Bernardo Berro, brote subversivo que fué sofocado el mismo día, pereciendo en la jornada el ex-dictador general Flores y Berro mismo.

En la tremenda situación creada tan repentinamente, Pedro Varela, que ejercía el poder ejecutivo en su calidad de Presidente del Senado, constituyó con fecha 21 lo que podría llamarse un gabinete de emergencia, en el que correspondió a Varela la cartera de Gobierno y Relaciones Exteriores, y el 27 le fué añadida, todavía, la de Hacienda. El 29 de febrero, término del interinato legal de Pedro Varela, el Ministerio del día 21 tuvo fin.

Las circunstancias excepcionales en que se formó este gabinete, explicarían, sin justificarlas desde luego, las transgresiones constitucionales que implicó, pues Héctor Varela, al cesar como Ministro, se restituyó a la Cámara de que formaba parte.

Su presencia en la representación no duró mucho. Su renuncia, fundamentada, se le aceptó y Varela tornó a Buenos Aires, llevando el proyecto de fundar y dirigir en París una gran revista tipo “Ilustración”, escrita en español, órgano de los intereses continentales y digna de competir con las mejores de Inglaterra y Francia.

Puesto a la obra, hizo una recorrida por varias repúblicas de sudamérica, al fin de la cual llegó a París con una inmensa lista de suscriptores y muchos miles de pesos de los accionistas.

La anunciada revista, que se titulaba “El Americano”, sacó su primer número en París el 15 de mayo de 1870, para sostenerse hasta el 31 de mayo de 1875, en que su existencia tuvo término, tras un período de decadencia al que no fué ajena la mala administración de la empresa en manos de un hombre insuficientemente aplomado, y deplorable en cuestiones de administración.

El contacto con su tierra nativa a través de la propaganda de “El Americano”, en cuyas columnas insertó muchos grabados y muchos artículos referidos a ella, continuó a través de los años en semejantes formas periodísticas esporádicas, pero Varela no reanudó vínculos directos u oficiales con la República hasta mayo del año 1884, cuando en la presidencia de Santos, siendo Ministro de Relaciones Exteriores el Dr. Manuel Herrera y Obes, se le nombró Cónsul General del Uruguay en España. Fué una designación que podía llamarse relámpago, pues habiéndose unido las funciones del Cónsul General a las del Encargado de Negocios, desempeñadas por tercera persona, Varela vino a cesar automáticamente en el puesto en el mes de julio del mismo año. La repentina resolución de la cancillería debió tener, sin duda alguna, algún fundamento que se mantuvo en reserva. Falleció en Río Janeiro, en 1891.

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