Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1263

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Volvía a la patria convertido en otro hombre, con una estructuración intelectual completamente nueva, como nuevos eran sus propósitos de futuro. Pensaba ahora regenerar — no ya los partidos tradicionales, sino el país, por la educación del pueblo.

Pero todavía le quedaban algunos años de actividad política como redactor de “La Paz”, fundado en 1869, diario opositor al gobierno del general Batlle, cuya propaganda le valió un extrañamiento a Buenos Aires en 1870. Suspendida la publicación por este motivo, reapareció a mediados del 71, para hacer campaña pacifista.

Después de la paz de abril de 1872 concertada con los revolucionarios de Timoteo Aparicio, Varela estaba conquistado por las tendencias de fusionismo que tanto había combatido en Carlos María Ramírez cuando propugnaba por ellas en “La Bandera Radical”, y su diario viró de redondo en la propaganda.

De los días de la pacificación es el duelo de Varela con el argentino Benito Neto — “pluma brava” de “La Tribuna” de Montevideo — que lo tachó de cobarde. El lance concertado llevóse a cabo en Buenos Aires, a florete, y finalizó sin mayores consecuencias, reconciliándose los adversarios, el 12 de abril del 72.

La solución presidencial de marzo de 1873, defraudando sus esperanzas con la derrota del Dr. José Mª Muñoz, el candidato principista y su candidato, llevaron a José Pedro Varela a lamentables excesos estampados en las columnas de “La Paz” — donde atacó al Presidente electo, el honesto Dr. José E. Ellauri, cuando menos tan principista como él mismo — en términos de una actitud rayana en el delirio, con el consiguiente regocijo de los netos de ambos partidos políticos o sea del enemigo común.

Casi de inmediato cesó la salida de “La Paz”, y abandonando la política reinició actividades comerciales, tal como las había ejercido en su juventud, aunque en ramos más difíciles en que no pudo prosperar, mientras sus sueños de educador persistían y sus preocupaciones pedagógicas eran más intensas cada día, pues no las había puesto nunca de lado.

La Sociedad de Amigos de la Educación Popular, fundada el 18 de agosto de 1868, por su iniciativa, con fecha bien próxima al regreso de Estados Unidos, prueba su entusiasmo vigilante.

El Dr. Elbio Fernández, primer presidente de la Asociación, falleció al poco tiempo de fundada, perdiendo Varela uno de sus grandes compañeros. La primera escuela de los Amigos abrió sus clases el 21 de agosto de 1869, recibiendo el nombre de “Escuela Elbio Fernández”, y todavía subsiste. La casa era de bajos, esquina Sudoeste de las calles Defensa y 18 de Julio, aún en pie y casi invariada.

El programa de enseñanza y los métodos eran nuevos y desconocidos en el país, sobre una doble base objetiva y laica, además de ser gratuita. En plena cruzada educacional pu-

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