Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/127

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territorios ni afectadas sus soberanías. Tal vez hubo sólo un poco de asombro pensando en el cúmulo de supuestos obstáculos que por tantos años venía demorando el fraternal arreglo.

La otra gestión está configurada por el protocolo firmado con el embajador Roque Sáenz Peña el 5 de enero de 1910 para solucionar — luego de tomarse la opinión de una asamblea jurídica nacional convocada ad-hoc — el viejo conflicto de la jurisdicción fluvial con la Argentina, basado en los únicos recursos de la razón que asistía al Uruguay, y a los sentimientos de solidaridad entre ambos países, muy hábilmente puestos en juego.

Antes de abandonar el gabinete, pudo el canciller Bachini dar prueba clara de su acción enérgica y decisiva, con motivo de ciertos extraordinarios sucesos desarrollados en el pueblo entrerriano de Concepción del Uruguay a fines de 1910. Por sugestiones suyas, el presidente Williman, pasando por toda consideración protocolaria, se dirigió personalmente al presidente argentino Dr. José Figueroa Alcorta, para denunciarle la indebida intervención de varios funcionarios argentinos, civiles y militares, en un plan revolucionario, en que el ex-ministro de Relaciones Exteriores de aquel país, el Dr. Estanislao Zeballos, respaldaba las maniobras de un grupo de políticos nacionalistas uruguayos extraviados.

Inhabilitado entonces el presidente Figueroa Alcorta para alegar ignorancia oficial, las autoridades de Concepción del Uruguay recibieron les instrucciones indispensables para que el golpe de mano fallara.

Cierta caballeresca actitud del canciller hacia un adversario político prisionero en momentos de alteración del orden público, actitud que el presidente Williman no pudo interpretar, aparejó como consecuencia no sólo la dimisión del Ministro sino un incidente personal culminado en un desafío al presidente.

Su brillante y trascendental actuación en la cancillería y el saberlo capaz de orientarse hacia la política que reclamaban en la hora grandes sectores de opinión, parecían señalar a Bachini como un candidato para el período presidencial de 1911-14; pero él no se mostró dispuesto a interferir la candidatura de Batlle y Ordóñez, solución gestada dentro de su propio partido.

Reelecto presidente Batlle y Ordóñez, Bachini asumió — el 5 de marzo de 1912 — la dirección de un gran cotidiano moderno, “Diario del Plata”, buscando para que lo acompañasen en la tarea un elegido número de colaboradores, entre los cuales y en primer término contaba José Enrique Rodó.

Tres años estuvo al trente del diario, tocándole importante papel en la campaña que dió por resultado el rechazo de la forma colegiada del Poder Ejecutivo, en los históricos comicios del 30 de julio de 1918.

Un poco cansado y un poco des-

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