Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1275

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acuerdo con las exigencias constitucionales. Vázquez, en esa situación, se presentó a la Asamblea al año siguiente solicitando ser rehabilitado en la ciudadanía.

Fiscal de lo Civil y del Crimen en el gobierno del doctor Ellauri, renunció el cargo para ser Juez de Comercio el 1° de marzo de 1874, en reemplazo del Dr. Juan Carlos Blanco.

Conservaba este puesto en el período de mando de Pedro Varela, y sus sentencias de 1875 — el Año Terrible — defendiendo las sanas doctrinas jurídicas en oposición a las pretensiones del Poder Ejecutivo empeñado en dar retroactividad a la ley de curso forzoso del papel moneda, ganaron a Vázquez una rápida y envidiable popularidad.

La opinión pública, por su lado, estimuló la entereza del juez: sus fundadas sentencias se publicaron en folleto, y el comercio de la capital se creyó en el caso de testimoniar su reconocimiento al enérgico amparador de sus derechos, ofreciéndole un álbum suscrito por las más importantes firmas de plaza, cuya primera página escribió en verso Alejandro Magariños Cervantes.

En esta bella posición vinieron a hallar al Dr. Vázquez los sucesos conexos con la caída de Varela, para arrastrarlo — a pura pérdida — en el torbellino de la política militante. Fué así como, ante el asombro general, se le vió integrando el grupo de personas puesto a la cabeza de la pueblada que, en ausencia de la verdadera ciudadanía consciente de la capital, se constituyó ante la casa del Ministro de la Guerra, coronel Lorenzo Latorre, el 10 de marzo de 1876, buscando un amo, y con mayor asombro todavía se oyó al Dr. Vázquez dirigir la palabra a aquel militar dos veces desleal, peligroso y torvo, incitándolo a que asumiera la suma del poder público.

Cualquiera que fuese la sinceridad capaz de impulsar a un ciudadano a tomar actitudes de esta clase, sea cual sea el hombre a quien se le va a pordiosear la dictadura, son extravíos que, si pueden encontrar disculpa entre los contemporáneos, la historia — que tampoco tiene la prerrogativa de indulto — no puede perdonar y no perdona nunca.

Latorre, erigido en Gobernador Provisorio, llamó al Dr. J. A. Vázquez para confiarle la cartera de Hacienda el 14 de marzo, en el gabinete en que su hermano, el coronel Eduardo Vázquez, desempeñaba el Ministerio de Guerra y Marina.

La cuestión financiera, que había sido el gran escollo del honrado gobierno del Dr. José Ellauri y la perdición del gobierno sin freno de Pedro Varela, sería también el gran enemigo del gobierno discrecional de Latorre, porque el crédito de la nación, el aumento de las rentas públicas y la prosperidad del país, no se consiguen por voluntad del que manda, ni con decretos por atentatorios que sean.

Resultó así que el Dr. Vázquez, después de haber sostenido como Ministro lo contrario de lo que ha-

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