Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1289

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Como hecho cierto existe el acuerdo de 24 de junio de 1864, tomado por el mismo Presidente que lo hizo Ministro, desautorizando su gestión en el Paraguay “por comprometer al gobierno uruguayo en su seriedad y al país en su respetabilidad... y por haberse extralimitado con el pedido de mediación”. En mérito de todo ésto se le daba una licencia para volver al país, de la cual debía hacer uso obligatoriamente.

Aunque tal acuerdo, con su equivalente cese, fué dejado sin efecto con fecha posterior, instruye bien acerca de la gestión “ultrapetita” de nuestro ministro, en un momento en que el gobierno uruguayo deseaba contemporizar.

Las cosas cambiaron más tarde y en esta ocasión, cuando Aguirre veía comprometidísima la marcha de su gobierno, fué Aguirre y sus exaltados consejeros los que urgían al diplomático — conforme al acuerdo del 7 de setiembre de 1864 — para que obtuviese la intervención armada del Paraguay, “pero con elementos poderosos y bastantes para contener la invasión brasileña y sofocar la rebelión”.

Rotas las hostilidades entre López y el Imperio del Brasil, emprendió el regreso, cuando el gobierno blanco había llegado a sus últimos extremos. El presidente Villalba dispuso su cese con fecha 1° de febrero del 64, por lo ineficaz y contraproducente de su misión”, y Vázquez Sagastume prefirió detener su viaje en Buenos Aires.

En la capital argentina fué a sumarse a los emigrados que conspiraban con más actividad contra el nuevo régimen político instituído en el Uruguay por el general Flores, enemigos jurados a la vez del gobierno de Mitre en la Argentina y decididos partidarios — “quintacolumnistas” — del tirano paraguayo. La agresividad del grupo llegó a tal punto que las autoridades bonaerenses deportaron al ex-diplomático en enero del 67.

Después de prestar su concurso a la revolución blanca del coronel Timoteo Aparicio, que agitó la República desde 1870 hasta la Paz de Abril de 1872, al constituirse la 11ª legislatura ingresó a la cámara de diputados en 1873, votado en Canelones.

Formó en el grupo principista de aquellas cámaras brillantes y bien intencionadas, tanto como incomprensivas y estériles, figurando entre los que sostuvieron la candidatura presidencial del Dr. J. M. Muñoz, pero desde el momento en que los sucesos de enero de 1875 alteraron la marcha regular del país, la actitud del Dr. Vázquez Sagastume sufrió un vuelco y cuando el coronel Latorre se hizo dictador de la República, fué designado el 15 de marzo de 1876, Fiscal de lo Civil y del Crimen.

Aceptando el cargo, creyó necesario explicar de algún modo su actitud. Consideraba -expresa en su respuesta deber de patriotismo cooperar a la realización de los propósitos manifestados en el programa del dictador. Todo era relativo: Latorre, “con el concurso de todos los buenos ciudadanos podría devolver

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