Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1291

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

el año 1881. Su tesis para optar al grado, que titulábase “Una cuestión de moral política”, lucía como acápite un aforismo que pudo ser la divisa del autor: “Los hombres honrados no deben apuntalar con su concurso a los gobiernos usurpadores.” Era, si bien se mira, la síntesis de su propaganda en la prensa, lo que predicaba en sus encendidos editoriales.

La vida no le dió tiempo para mucho, y probablemente se le ha juzgado más por lo que su pérdida representó, que por lo que alcanzó a realizar en su corto pasaje por el mundo. Es de toda evidencia, sin embargo, que la sugestión que ejerció sobre sus discípulos, convertidos después en fanáticos veneradores de su memoria, y el ascendiente que tuvo sobre el grupo de sus amigos — muchos de ellos de gran prestancia intelectual — debió tener su origen en ese misterioso “algo” que es privilegio de los hombres superiores.

De poca salud desde temprana edad, enfermó del pecho, y como la dolencia no cediera, a fines de 1882 trasladóse a la villa de Minas buscando mejor clima. Pero Minas, en la hondonada de un valle que se cubre de vahos húmedos, no era la sierra de aire puro y vivificante que requerían sus males, y la gravedad del enfermo pronto se tornó extrema. Desde ese momento un amigo médico, el Dr. Isabelino Bosch, fué de Montevideo a constituirse permanentemente en su cabecera.

Murió el 7 de febrero de 1883, rodeado de compañeros no menos adictos como José Batlle y Ordóñez y José G. Busto, que tomaron a su cargo la piadosa tarea de conducir a Montevideo el cadáver del caracterizado ciudadano para que fuese velado en el salón del Ateneo, donde tantas veces resonara su elocuente voz.


VEDIA, AGUSTIN de

Hombre político, periodista y escritor. La vida de este ciudadano distinguido por su gran talento y su gran laboriosidad, está repartida entre su patria, donde la inició, y la República Argentina, donde tuvo fin al cabo de un prolongado período de residencia en Buenos Aires.

Era hijo del militar argentino José Joaquín de Vedia, cuñado del general Mitre y ayudante del general Paz y había nacido en Montevideo el 10 de enero de 1843. Creció en la capital sitiada, descollando entre sus compañeros de estudio y no tenía más que 16 años cuando fundara “El Iris”, revista literaria cuya redacción abandonó para acompañar a su padre a la campaña de Cepeda, en la Argentina. Allí quiso continuar la publicación de la revista, pero apenas logró sacar pocos números. De vuelta a Montevideo hizo de nuevo periodismo, y en 1865, victoriosa la revolución de Flores, emigró a Buenos Aires para figurar entre los escritores de “La América”, diario de ruda oposición a Mitre y

— 1291 —