Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1292

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

como se decía entonces — aparaguayado, que las autoridades porteñas concluyeron por suspender en 1866, desterrando a sus editores.

Afiliado al Partido Blanco pese a sus antecedentes de familia, hizo la campaña revolucionaria del coronel Timoteo Aparicio hasta la batalla del Sauce. En el transcurso de las operaciones, sin asiento fijo pero periodista siempre, sacó a luz una hoja llamada “La Revolución”, valiéndose de una imprenta volante traída al ejército desde Buenos Aires, y ayudado en sus tareas por Francisco Lavandeira.

El primer número, cuyo editorial se titula “Nuevos propósitos” lleva su firma al pie y corresponde a octubre de 1870.

Ajustada la Paz de Abril del 72, sostuvo junto con un grupo de correligionarios de gran prestancia, la necesidad de encauzar el viejo partido oribista de los caudillos, en un rumbo civilista y con programa de principios definidos. De allí nació el Partido Nacional, con la adhesión de la clase más calificada del partido blanco.

Electo diputado por el departamento de Cerro Largo a las cámaras del 73, aunque pertenecía a un sector no gubernista, procuró sentar el principio — fundamental en una asamblea democrática — de que a la oposición le es permitido coadyuvar en la obra de gobierno.

Buen orador, Juan Carlos Blanco creyó ver en su fisonomía generalmente apacible y pensativa, la frente sombreada por sus largos cabellos, caídos en desorden, “algo del espíritu de Saint Just”.

El motín del 15 de enero del 75 lo sorprendió en el parlamento, y en el famoso atentado que conocemos por la Deportación a La Habana, Agustín de Vedia figuró entre los quince ciudadanos desterrados por el gobierno usurpador de Montevideo. Regresó del peligroso y tremendo viaje para cooperar en la cruzada reivindicadora de la Revolución Tricolor, a fines del mismo “Año Terrible” y vencida la causa popular, fijó residencia en el pueblo de Dolores, en la provincia de Buenos Aires, dedicándose a tareas judiciales, aunque nunca llegó a tener título universitario de abogado.

A mitad de 1880, cuando el doctor F. A. Vidal había sustituído en el gobierno al dictador Lorenzo Latorre fugitivo, vino a Montevideo a ponerse al frente del diario “La Democracia”, que propugnaba por la reorganización de su partido. El diario, aparecido el 1º de diciembre del 80, duró hasta diciembre del 82, pero antes de suspender su salida. Agustín de Vedia ya tenía abandonado la dirección y había vuelto a Dolores con el propósito de no regresar al país, retirándose a la vida privada. La prensa santista comentó irónicamente su actitud. “No puede volver a la vida privada escribió Enrique Kubly quien nunca ha salido de ella”, toda vez que su diario no había sido “sino un pasatiempo para él,

— 1292 —