Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1298

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

Bernardo Berro, ante el Tribunal de Justicia que funcionaba en el campo oribista. Se imputaba al Dr. Velazco haber percibido indebidamente doce reales en el trámite de cuatro pasaportes, y el asunto pareció tan extraño e insignificante que el fiscal Dr. Bernabé Caravia no quiso entablar acusación, lo que no fué obstáculo para que la causa siguiera adelante. Nació de esta incidencia la enemistad de Velazco hacia el titulado presidente legal, puesta de manifiesto años más tarde.

Hecha en 1851 la Paz del 8 de Octubre, fué electo diputado por Paysandú en las cámaras de 1852, y a la caída del presidente Giró tuvo participación tan activa en la reacción dirigida a reponerlo en el mando, que el gobierno del Triunvirato lo extrañó del país, enviándole el pasaporte por la policía el 25 de noviembre de 1853.

Figuró después en la fracción blanca llamada constitucional o liberal, que se había desvinculado del círculo de Oribe y que acompañaba a la fracción colorada conservadora en la revolución de agosto de 1855. contra el presidente Flores. Más tarde, como la mayoría de sus correligionarios, formó en el partido de la Unión Liberal y propugnó por la política fusionista que trajo a la presidencia a Gabriel A. Pereira.

En esa época la separación del Dr. Velazco y el general Oribe se ahondó merced a una serie de publicaciones del antiguo juez del Cerrito.

Para formarse una idea de la índole de esos ataques, es más que suficiente el largo título que el doctor Velazco eligió para su enconada prosa, llamándola “Crónica de varios hechos del general don Manuel Oribe, durante la época de los 9 años en que gobernó despóticamente, disponiendo a su arbitrio de la vida y la reputación de los ciudadanos y administrando sin cuenta ni razón Tesoro Público, y apropiándose del mismo modo de las haciendas de los habitantes de campaña”.

En 1857 reingresó al parlamento como senador por Canelones en calidad de hombre adicto al gobierno de Pereira, y cuando éste apoyóse decididamente en el Partido Blanco, lo designó Auditor del Tribunal Militar Extraordinario, que debía juzgar sumariamente toda connivencia con los enemigos de la situación, en los sucesos revolucionarios de fines de 1857 y comienzos del 58.

No tardó mucho tiempo en que el Dr. Velazco se transformara en un elemento contrapuesto a las miras absolutas del gobierno, llevando rudos ataques, con perseverante energía, al famoso tratado de neutralización, proyecto oficial que al fin, gracias en gran parte a su oposición, tuvo que ser retirado.

Pereira se vengó del fracaso en mensaje al Senado, calificando a Velazco de “espíritu insensato y díscolo”.

Señalado desde entonces como enemigo, en otra emergencia en que procesó a la mayoría gubernista por su

— 1298 —