Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1313

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Canelones, ingresó a la Asamblea Constituyente el 18 de julio de 1829, y permaneció en SU seno hasta finalizar las sesiones.

Diputado por Maldonado a la primera legislatura nacional, en 1830, fué electo presidente de la Cámara, y en la 2ª legislatura sus electores le dieron nuevamente el voto. Radicado en la capital continuó sus actividades de hombre de negocios y licitador en las adjudicaciones de ventas públicas cuya recaudación dábase a postores particulares.

Adicto del general Fructuoso Rivera, a poco de recibirse éste de la segunda presidencia, Joaquín Suárez, en ejercicio del Poder Ejecutivo, designó a Vidal Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores el 19 de octubre de 1839. Retuvo ese puesto los años 40, 41 y 42, hasta el día 14 de mayo, en que por crisis completa del gabinete, en otro período interino de Suárez, fué nombrado Ministro General. Al cabo de ocho meses de ejercicio de tan vastas funciones, en las que demostró ser hombre inteligente y capacitado para desenvolverse, el 3 de enero de 1843 tornó al desempeño de las carteras de Gobierno y Relaciones. Exteriores, mientras ingresaban al Ministerio Francisco J. Muñoz como secretario de Hacienda y el general Félix Eduardo Aguiar como secretario de Guerra y Marina.

Azarosos días corrían para la República. Los desastres militares en campaña habían venido a sumarse a la ceguera y la inercia de los hombres a quienes estaba señalada la gigantesca tarea de afrontar y salvar la situación, contempladas las cosas en toda su gravedad.

Un importante sector de opinión sindicaba al ministro Vidal, como uno de los principales responsables de la desidia reinante en las altas esferas gubernativas, pese a los acuerdos de las cámaras sancionando una serie de medidas de emergencia que la situación exigía. Ciertas actitudes de Vidal justificaban aquellas desconfianzas, y entre esas, de tiempo atrás, contaba como una de las más graves la virtual disolución de la escuadrilla nacional, que tan importante papel había jugado en operaciones recientes.

Wright, testigo de los sucesos y que escribió a raíz de ellos, estima que Vidal fué victima de la confianza nefasta que depositaba en el Ministro inglés Mandeville, el cual hasta último momento le había asegurado que se obligaría al tirano Rosas a no proseguir la guerra, lo cual implicaba la anulación militar del ex - presidente Oribe. A pesar de que las seguridades del diplomático no podían infundirle completa fe, cuando en carta de 23 de diciembre le expresaba a nuestro Ministro “que se preparara a la defensa”, su engañadora ilusión lo llevó a Vidal a mantenerse en el Gobierno hasta el mes de febrero siguiente.

Diversos decretos atinados y enérgicos, y con proyecciones de futuro fueron dados en esos días por

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