Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1314

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el Poder Ejecutivo con la firma de Vidal refrendando la firma de Joaquín Suárez, pero esas eran simples medidas en el papel: “las resoluciones salvadoras — dice Wright — estaban tomadas, pero las riendas del gobierno parecían flotar inciertas, escaparse a cada instante de las manos que era necesario fuesen firmes y vigorosas para que lograse toda su plenitud el objeto de aquellas”.

Los diarios denunciaban las debilidades y daban datos concretos clamando contra la flojedad del gobierno.

Varios contemporáneos y entre ellos Garibaldi en sus “Memorias” han Juzgado con mucha acritud la conducta del Ministro general, sin detenerse ante la imputación de cargos que de ser ciertos habrían afectado su honorabilidad. Aunque el silencio de otros historiadores y cronistas respecto al personaje es también digno de tenerse en cuenta, y descontada la pasión que acaso influencia aquellos juicios, puede considerarse como cierto que Vidal fué culpable, consciente o inconsciente, de lo que ahora se llama “derrotismo”. Perdida la fe en la causa del bando de que formaba parte, que era por otro lado la causa del país, pensaba a la par de otros ciudadanos espectables y que ocupaban posiciones oficiales, crear un ambiente de desánimo que obligara a ajustar la paz con los invasores, descontando por su parte una situación de preeminencia dentro del nuevo estado de cosas que se proyectaba estructurar.

Una serie de hechos, como la extraña conducta del Jefe Político coronel Antuña, la defección del general Núñez y la deserción de algunos cuerpos organizados para la defensa de la capital, autorizan las sospechas de que algo extraño ocurría en las alturas.

El regreso a Montevideo del presidente Rivera, trajo finalmente la modificación de las cosas y el 3 de febrero de 1843, Santiago Vázquez pasó a sustituir en el Gabinete a Vidal, que abandonaba su cartera alegando motivos de salud.

Un tiempo después, por semejantes razones, solicitó la autorización necesaria para ausentarse del país, embarcando con su familia para Francia.

Establecido en París con los suyos, vino a fallecer en la gran capital en 1851.


VIDAL, JOSÉ MARÍA

Abogado, con gran vinculación al resurgimiento literario intelectual de la época de la Sociedad Universitaria y del Ateneo.

Nacido en Montevideo en diciembre de 1854, hijo de Francisco Vidal, hizo carrera de derecho licenciándose en jurisprudencia en 1878, y desde muy joven tomó parte en todas las agitaciones del claustro universitario, donde puso de manifiesto el vigor de su inteligencia, su

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