Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1342

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

nombrado el 6 de agosto de 1891, su nombre vino incluido por la Sala de doctores en la terna de candidatos al Rectorado de la Universidad y el Poder Ejecutivo le eligió para desempeñar el importante destino.

Con afiliación al Partido Constitucionalista en su juventud, más tarde aparece en las filas del Partido Colorado y como tal se le designó en setiembre de 1898 — por el Consejo de Estado — miembro de la Junta Electoral y el 2 de enero de 1899 entró a formar parte de la Junta Económico Administrativa de la Capital, electa en los comicios del acuerdo.

Movilizada la Guardia Nacional de Montevideo, con motivo del alzamiento revolucionario nacionalista de 1904, se le nombró jefe del 4° batallón de infantería.

En pleno desarrollo de la guerra, cuando el Dr. Juan Campisteguy dimitió el Ministerio de Gobierno, el presidente Batlle y Ordóñez llamó al Dr. Williman para sustituirlo en abril de 1904. Vencida la revolución, Williman conservaba todavía su puesto, cuando acordando con un plan político partidario que miraba muy lejos, se resolvió ungirlo como sucesor de Batlle y Ordóñez en el gobierno de la República.

Faltaba todavía bastante más de un año para la elección presidencial y la noticia de esta proclamación, sin campaña ni plataformas previas aunque fuesen pro-fórmula, causó profunda extrañeza en el espíritu público. En la 22ª legislatura, los miembros adictos al Poder Ejecutivo que eran mayoría absoluta y que habían sido electos con el compromiso previo de su voto, sufragaron por el Dr. Claudio Williman el 19 de marzo de 1907, consagrándolo Presidente de la República por el cuadrienio 1907 - 11.

Elevado al poder por una fracción política que ya en 1905 tenía puestas las miras en la presidencia de 1911-15, el nuevo gobernante, privado de independencia política, tenía que concretar su gestión de mando a la parte administrativa, no menos importante por lo demás para la vida nacional.

Inteligencia de calidad normal, hombre moderado, sin temple político, inaccesible por lealtad a la sugestión tan corriente de “la patada histórica”, Williman se conservó dentro de aquellos lineamientos, sin perjuicio de que asomara de cuando en cuando el conservadorismo que constituía el fondo de su carácter y ensayara ciertas pequeñas actitudes personales, que no alcanzaban a modificar el cuadro de normas político administrativas de la entidad partidaria que lo había hecho presidente, la cual, como el pretor, no se cuidaba de “minimis”.

Su gestión financiera ordenada con el desahogo que le proporcionaron los superavits de seis millones de pesos oro que arrojaron las rentas públicas, dejó un hermoso saldo favorable en todo sentido, pero digno de subrayarse en materia de edificación oficial, vialidad e ins-

— 1342 —