Minas, a observar los yacimientos metalíferos de plomo y cobre existentes en la región y estudiaron y penetraron en la cueva de Arequita en diciembre - enero de 1861.
El 25 de agosto del mismo año se recibió de doctor en jurisprudencia, en colación pública que tuvo lugar en la Iglesia Matriz, y la Sala de Doctores lo votó como vice-rector de la Universidad Mayor el 18 de julio de 1861.
Dado entusiastamente a la enseñanza, se puso al frente de una clase de matemáticas para jefes y oficiales de artillería, inaugurada por él mismo en el local del Fuerte de Gobierno.
En 1865, después del triunfo de la revolución del general Flores, que representaba el triunfo de sus compañeros políticos, entró a ejercer funciones de consejero privado del caudillo, el cual le dió el puesto de Juez de Comercio el 10 de marzo de 1865, a la renuncia de José Pedro Ramírez.
Más tarde tuvo funciones de Fiscal Especial de Tierras Públicas, a las que se le acumularon, por decreto de 8 de agosto de 1867, las de Fiscal de Gobierno y Hacienda.
Normalizada la vida institucional con las elecciones generales de 1867, fué votado representante.
Ciudadano sumamente laborioso, formó parte de la comisión encargada de confeccionar un plan de enseñanza primaria y reglamento de preceptores, juntamente con el Dr. Blas Vidal e Isidoro De María y tenía muy adelantados serios trabajos de codificación, cuando dejó de existir víctima de la epidemia de cólera que azotaba la capital en 1868.
XIMENEZ, SALVADOR Francisco Bernardino
Ciudadano de no común ilustración, de conocimientos y aficiones artísticas, el cual desempeñó algunos cometidos de carácter diplomático.
Hijo de Manuel Ximénez y Gómez, español, persona de cierta distinción en la época del coloniaje, nació en Montevideo el 6 de agosto de 1812.
Espíritu despierto, lleno de inquietudes, numismático y amigo de libros, fué, de afición, músico pasable, pintor y escultor, que hizo miniaturas y retratos de apreciable mérito y labró algunas de las primeras lápidas de mármol del Cementerio Central de Montevideo, que muestran su firma.
Sus conocimientos de mecánica le permitieron prestar servicios tan valiosos como el restablecimiento, en 1845, de las luces del faro de la Isla de Flores dañado por los sitiadores de Montevideo, tarea difícil desde el punto de vista técnico y peligrosa en cuanto se arriesgaba la vida. Asimismo, en los días de la Defensa, tuvo funciones útiles en el Parque de Artillería, pues entendía también de pirotecnia.
No concluída todavía la Guerra
