Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1358

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de 1868 a 1871, y retornó a Santa Fé este último año, para recibirse de bachiller en 1873 y en seguida trasladarse a Santiago de Chile, donde obtuvo el título de Licenciado en Letras y Ciencias Políticas a fines de diciembre del 77. Por entonces sus aficiones literarias, notorias ya desde la aparición de sus primeros. versos insertos en “El Siglo” montevideano en 1874-75, se habían hecho predominantes. En Santiago publicó, ese mismo año 1877, “Notas de un Himno”, colección de poesías líricas. Disfrutaba de un puesto de fila entre los jóvenes católicos que agrupados en torno de la revista “La Estrella de Chile” — editora de sus versos — se consagraba al cultivo de las bellas letras, y sus dotes, que llamaríamos de recitador, influyeron mucho en sus éxitos. El mismo día que dijo en público en una fiesta de caridad su composición “El Dolor”, mereció una ovación entusiasta y poco después, en Valparaíso, en circunstancias semejantes, el triunfo se repitió en la ciudad porteña. De retorno a la tierra nativa en el gobierno de Latorre, tuvo un puesto en la magistratura como Juez Letrado Departamental de Montevideo. Concurrente al certamen de letras realizado con motivo de la inauguración del monumento a la Independencia Nacional en Florida el 25 de Agosto de 1879, su composición poética no pudo tomarse en cuenta por el jurado, atento a que sobrepasaba la extensión marcada a los trabajos. La superioridad de “La Leyenda Patria” era tanta, sin embargo, sobre el general académico y frío de las poesías premiadas en el marco de las bases, que Zorrilla de San Martín, sin el premio oficial que se adjudicó a Aurelio Berro, fué el verdadero vencedor del certamen. La Leyenda, recitada en la plaza de la Florida, al pie de la estatua de la Libertad, consagró en el mismo momento la reputación del inspirado vate que luego, en el curso de su larga y fecunda vida, tantas veces habría de repetirla lleno de unción y de entusiasmo en todas partes de la República. Católico militante, Zorrilla de San Martin fundó “El Bien Público” en 1879, diario destinado a tribuna de sus ideas y el cual aún sigue publicándose, reteniendo el decanato de la prensa de la capital.

Fué participe en la enconada lucha llevada por sus correligionarios contra el gobierno del general Santos, no tanto por lo que ese gobierno tuviera de malo, pues mucho más lo había sido el de Latorre que contó con el apoyo católico, sino por las directivas liberales caracterizadas que cristalizaron en las leyes de conventos, de matrimonio civil obligatorio, etc. Zorrilla, contra el cual se había dictado orden judicial de prisión que alcanzaba también a varios otros periodistas opositores, se asiló en la Legación del Brasil, donde fué acogido por el Ministro Ponte Ribeiro. Reclamó el gobierno del asilo y la opinión de la Cancillería. Imperial fué contraria a la de su representante (octubre de 1885). Por su parte Zorrilla, que de años atrás desempeñaba el cargo de catedrático

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