guerra contra el Tirano de Buenos Aires, llegando a crearle al arquitecto una posición incómoda. Por este motivo solicitó y obtuvo una licencia de seis meses para trasladarse a Río de Janeiro, en setiembre de 1842, pero dejó vencer el término sin que regresara al país. En la prensa situacionista, mientras tanto, se le acusaba de inteligencias secretas con el enemigo y de participación en ciertos negocios, no precisamente claros, de Pedro de Angelis en el Brasil.
Zucchi se revolvió airado contra sus acusadores publicando en Río de Janeiro, “en estilo no muy digno de su cultura”, una defensa que luego fué transcripta parcialmente en “La Gaceta Mercantil”, órgano de Rosas, en Buenos Aires.
Con intervención directa de Pedro de Angelis, se le encuentra vinculado, asimismo, en una reclamación de varios miles de pesos por un proyecto de Catedral para Asunción del Paraguay, que decían encargada por el ministro paraguayo Gelly, cosa que éste negaba rotundamente y parece que con razón.
De retorno a Europa, falleció Carles Zucchi en San Macario, Italia, el 1º de octubre de 1856.
Según el juicio del arquitecto Carlos Pérez Montero, que ha estudiado con gran interés y profundidad de conocimientos la actuación del técnico italiano, y al cual se debe mucha parte de las noticias biográficas conocidas de Zucchi, fué este un gran artista, demasiado grande para una ciudad tan pequeña como nuestra capital y para un ambiente aldeano todavía.
ZUDAÑEZ, JAYME de
Figura de relieve propio en las luchas de la independencia continental, incorporóse después a la sociabilidad uruguaya, siendo miembro de la Asamblea Constituyente de 1830 y Ministro del primer Tribunal de Apelaciones de la República.
El nombre y apellido se han escrito conforme lo que resulta de sus firmas autógrafas, o sea con y en vez de i y con la partícula de.
Altoperuano, nacido en Chuquisaca el 25 de julio de 1772, el historiador chileno Ricardo Donoso, su eminente biógrafo, ha sintetizado la vida de Zudáñez llamándolo eminente ciudadano de América, fervoroso republicano, combatiente de la tiranía y el despotismo, que luchó por la independencia de Chile, Argentina y Uruguay.
Bachiller en sagrados cánones en la Real Universidad de San Javier en 1789, el 13 de diciembre de 1792, a los veinte años, fué admitido al ejercicio de la abogacía en su ciudad natal y al año siguients se le nombró Defensor de Naturales, pasando en 1795 a un puesto en la Real Hacienda.
Actuante en los primeros movimientos revolucionarios de la que más tarde seria República de Bolivia, prestigioso entre las clases hu-
