Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/151

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instrumento de gobierno que le permitiría llevar a cabo el amplio programa de reformas políticas, administrativas y sociales que tenía en proyecto.

Una administración estricta de los dineros públicos a la sombra de una paz bien asegurada, hizo milagros en la restauración material de la República, la cual entró de lleno en una era de progreso y mejoras públicas de toda índole. Después de concluída su presidencia, Batlle y Ordóñez embarcó para Europa permaneciendo en el extranjero los cuatro años del gobierno del Dr. Claudio Williman, nombrado para sucederle, y al final del período de éste la Asamblea lo reeligió Presidente por el término 1911-15.

Fué en este segundo gobierno que el espíritu innovador de Batlle y Ordóñez, con amplia comprensión humana y liberal de los hondos problemas sociales que preocupaban a los gobernantes y que él había observado y estudiado de cerca en Europa, pudo plasmar en la obra de reformas, eficaz a la par de extraordinaria, que vino a elevarlo a la altura de los más grandes estadistas continentales.

En el transcurso de cuatro años, efectivamente, se adelantó en ramo de instrucción pública, con la creación de la Universidad de Mujeres, los liceos de enseñanza secundaria en todos los departamentos de la República, y los Museos de Bellas Artes y de Historia; se decretó la gratuidad de la enseñanza en sus varias ramas, incluyendo las de Facultad y se establecieron los cursos nocturnos para menores y obreros.

Amplióse la legislación con leyes profundamente humanas, encaminadas a mejorar la condición y el ambiente sociales, destacando entre ellas, además de la jornada de ocho horas, proyectada en la primera presidencia, las pensiones a la vejez indigente y a los desvalidos, el seguro sobre accidentes de trabajo, la reglamentación del trabajo de las mujeres y los menores, haciéndolo soportable, supresión absoluta de los espectáculos crueles como las corridas de toros y las riñas de gallos, estas reformas que se sumaban a las conquistas de su anterior período, como el total laicismo de la enseñanza oficial, la creación de una escuela de sordo-mudos, la implantación del divorcio, el establecimiento de las Facultades de Agricultura y Veterinaria, la abolición de la pena de muerte, colocaban al Uruguay a nivel de los países más adelantados de Europa en materia social y legal, y a la vanguardia de todos los países latino americanos, vencida la oposición conservadora que incapacitada para exponer razones, argumentaba diciendo “que no había por que asombrar al mundo con el radicalismo de nuestras ideas”.

En lo exclusivamente político se propuso cambiar la estructura del poder ejecutivo, implantando el sistema colegiado mediante una reforma de la constitución, pero no logró la mayoría de votos necesaria.

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