Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/153

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nesto como el de Pedro Varela, aceptando de éste la misión diplomática que le fué confiada ante el gobierno de la República Argentina el 13 de octubre de 1875. Este cargo — haya dicho lo que haya dicho en contrario — fué un torcedor de su corazón por toda la vida. Su cometido era procurar que no transparentasen ante los argentinos los excesos de uno de los peores regímenes políticos que haya soportado nuestro país, á la vez que neutralizar u obstar, por la traición o por el soborno, los propósitos del comité revolucionario que preparaba la restauración de las instituciones conculcadas, lanzándose a la lucha bajo el título de Reacción Nacional y con una divisa histórica — tricolor — en vez de las divisas tradicionales colorada y blanca.

La revolución ciudadana fué vencida y el Ministro debió verse en grandes apuros para explicar actos como la matanza de Guayabos, cometida por los militares del gobierno que representaba. El 14 de enero de 1876 le fué aceptada la renuncia del cargo en términos de la más calurosa aprobación.

Venía a Montevideo para ocupar una banca de diputado por la capital en la 12ª legislatura, pero estas cámaras, nacidas de un simulacro de elecciones se disolvieron sin necesidad de decreto, de modo automático, cuando el Ministro de Guerra de Varela, coronel Lorenzo Latorre, se proclamó dictador.

Al restaurarse el sistema constitucional en 1879, salió electo diputado por Soriano y en la sesión del 26 de abril pronunció un largo y abonado alegato para fundamentar el voto favorable del proyecto — que resultó aprobado — que legalizaba los actos de la dictadura del coronel Latorre.

Volvió a la diplomacia durante el gobierno del Dr. Vidal, nombrado Ministro Plenipotenciario ante el Imperio del Brasil el 9 de agosto de 1881 y su misión prolongóse hasta abril del año siguiente, en que entró a sustituirlo el Dr. José Vásquez Sagastume.

Votado como diputado por Montevideo a la 16ª legislatura (1885-88), los debates a que dió lugar el extrañamiento del general Máximo Santos decretado por el gobierna, decreto que Bauzá impugnó “en nombre de la Constitución y de las leyes violadas”, le dieron motivo para pronunciar uno de sus mejores y más elocuentes discursos en la sesión del 27 de enero de 1887. En ese periodo parlamentario presentó ciertas modificaciones reaccionarias a las leyes de Registro Civil que fueron rechazadas por la Cámara.

Reelecto por el mismo departamento durante el gobierno del general Tajes en 1889, el presidente Herrera y Obes lo designó para ir a ocupar una nueva vez la legación en Río Janeiro el 12 de junio de 1890, cargo que renunció para venir a ocupar el Ministerio de Gobierno el 22 de febrero de 1892.

Contraído laboriosamente al des-

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