Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/154

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pacho ministerial, amplió las facultades de los municipios departamentales e introdujo reformas de provecho en el ramo de correos y en la administración policial.

Un momento pareció perfilarse como candidato a la sucesión presidencial y hasta se iniciaron trabajos públicos en tal sentido, pero su clericalismo era su principal enemigo.

Senador por Río Negro en 1894, a la muerte violenta del presidente Idiarte Borda el 25 de agosto de 1897 y abierto el período gubernamental de Juan Lindolfo Cuestas, Bauzá formó parte del grupo minoritario de la Asamblea General que ofreció a éste sus votos para elegirlo presidente el 1° de marzo de 1898. No pudiendo lograr número y cuando se iba a entrar en el camino de la violencia, la minoría dió un manifiesto declinando toda responsabilidad de futuro.

Cuestas, imposibilitado de llegar a la presidencia por vías legales, disolvió las cámaras el 10 de febrero de 1898, sustituyéndolas por un Consejo de Estado donde Bauzá figuraba primero en la lista. Pero éste rehusó la aceptación del cargo, pues “convencido — decía la renuncia — de la ineficacia de sus esfuerzos en favor del bien general y de la estabilidad de su partido político, había resuelto retirarse a la vida privada después de veinticinco años de actividad perseverante.” Cuestas, presintiendo que el retiro era un pretexto para no seguir acompañándolo, se burló de sus escrúpulos principistas desde las columnas de “La Nación”, recordándole su iniciación política en el gobierno del 75.

Las sospechas de Cuestas parece que no carecían de fundamento, pues al poco tiempo Bauzá volvió sin dificultad a reintegrarse a la política, aceptando la banca de senador que le ofrecieron los electores oficialistas de Soriano. Desempeñaba el cargo cuando una afección a la garganta concluyó con su vida el 4 de diciembre de 1899.

Tribuno de altas condiciones, Bauzá fué reconocido justamente como una de las más brillantes figuras que hayan pasado por nuestro parlamento. Como historiador, se le debe una obra en tres tomos “Historia de la Dominación Española en el Uruguay”, de la cual hasta la fecha han salido tres ediciones, un tomo titulado “Estudios Constitucionales” y otro “Estudios Literarios” (1885).

Su historia, el más serio y bien escrito de los libros de su género que hasta entonces habían aparecido entre nosotros, conserva todavía una recomendable autoridad, no obstante la revisión que necesariamente tiene que operarse en obras de carácter primordial — como la suya — pasibles de ser rectificadas a la nueva luz proyectada por nuevos elementos de juicio, producto de subsiguientes investigaciones.

En letras, sacado del campo histórico nacional, donde no llegó al fondo, Bauzá aparece disminuido por el sectarismo estrecho, que fué obstáculo insalvable para enfocar con

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