Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/158

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el 14 de marzo de 1833 diósele la propiedad del grado de coronel en vista de los importantes y útiles servicios prestados a la causa del restablecimiento de las autoridades constituidas, cuando el alzamiento revolucionario de Lavalleja.

Fiscal militar en agosto de 1835, figura en calidad de agregado al Estado Mayor General en noviembre del año siguiente y fué dado de baja del ejército el 1° de noviembre de 1837, “por ausentarse sin autorización desobedeciendo órdenes del gobierno”.

Acompañó al general Rivera en la Revolución Constitucional, y reincorporado a los cuadros el 5 de agosto de 1839, el coronel mayor Rufino Bauzá vióse designado comandante en Jefe de la Guarnición y del distrito de la capital, en días de excepcional gravedad para la República, en guerra con el tirano de Buenos Aires.

Disuelta la Comandancia General de Armas por decreto de 28 de marzo de 1840, para restablecer el Estado Mayor activo y pasivo conforme a la antigua organización, con idéntica fecha se nombró a Bauzá para presidir ese departamento, pero hizo renuncia del cargo el 19 de julio del mismo año.

El 7 de setiembre del 43 pasó a incorporarse al Ejército de Reserva como Jefe de la Legión de Guardia Nacional de Infantería, y antes de corrido un año, mereció la promoción a brigadier general el 11 de octubre de 1844.

Dimitente el general Pacheco y Obes del Ministerio de la Guerra, Joaquín Suárez eligió para reemplazarle al general Bauzá el 8 de noviembre de 1844, y estuvo al frente de esa secretaría de Estado hasta el 27 de noviembre de 1845.

En este intervalo desempeñó interinamente la Comandancia General de Armas con retención de su cargo de Ministro, desde el 7 de enero de 1845 hasta el 27 de setiembre del mismo año, fecha en que entró a reemplazarlo el coronel Flores.

A poco de disponerse, conforme al decreto de 17 de julio de 1847 que tendía a acrecentar les fuerzas de la capital sitiada, la creación de un nuevo cuerpo de línea denominado Constitución, en el que se agruparían los jefes y oficiales sin destino existentes en la plaza, el general Bauzá, teniendo como 2° al coronel César Díaz, se hizo cargo de dicha unidad.

Era en esta época Presidente del Consejo de Estado y tenía calidad de miembro de la Asamblea de Notables.

Su devoción por la causa nacional, evidenciada en la hora de luchar con las armas en la mano, quedó todavía más de manifiesto, si era preciso, con la entrega que el veterano soldado hizo al gobierno de Suárez, de los títulos de sus únicas propiedades — una casa y una quinta — para que dispusiera de ellas y se hiciera de fondos.

Con la Paz de octubre del 52 se

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