Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/161

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Al buscarse los restos de Behety, extraviados un momento por falta de señal cuando se trasladó el cementerio de Tolosa, fué que su amigo. Lamberti escribió la conocida y dolorida estrofa:

“Hasta las cruces que levanta el

[pobre

“Son las primeras que se lleva el

[viento...


BEJAR, JOSE de

Ministro de Estado, legislador y hombre político, Español de nacimiento, pero casado en Montevideo y naturalizado uruguayo. Era Bejar persona de fortuna, ganada en el comercio y de reconocida honorabilidad, cuando ingresó a la cámara de diputados representando el departamento de la capital en el año 1840.

En 1841, el presidente de la República general Rivera, que desde hacía un semestre se hallaba en campaña al frente del ejército, vino a la capital y asumió el mando el 26 de julio y al día siguiente, luego de poner la cartera de Hacienda en manos de José de Bejar — que sustituía a Chucarro — se ausentó de nuevo delegando el mando en Joaquín Suárez, presidente del Senado.

Hasta el 14 de mayo del 42 estuvo en el gabinete el nuevo secretario y el 8 de julio del 43, sitiada ya le capitel por el ejército de Oribe, volvió a ocupar el mismo ministerio hasta el 22 de mayo del año siguiente.

Siempre bajo la presidencia interina de Suárez, tornó al gabinete sirviendo la propia secretaría el 20 de octubre de 1845 y el 5 de diciembre añadió a su cartera, a título provisional, la cartera de Gobierno. Conforme al decreto de 14 de febrero de 1846, que instituyó la Asamblea de Notables, entró a formar parte de ella en su doble investidura.

El 29 de diciembre de 1846 fué reemplazado por Lorenzo Justiniano Pérez, pero no iba transcurrido un mes cuando de Béjar estaba de nuevo en el gabinete en calidad de titular de Hacienda e interino de Gobierno, permaneciendo hasta el 14 de julio en que se produjo una crisis total en el gabinete.

La atención de los negocios públicos a los cuales dedicaba el cuidado permanente de un hombre hecho a los negocios, influyó en la constitución de Béjar a punto de resolverlo a realizar un viaje a Europa por vía de descanso, embarcando en mayo de 1848 para tomar tierra en Londres en agosto y de allí trasladarse a París. Apenas llegado a esta capital de Béjar fué acometido por un ataque cardíaco y aunque se trataba de un mal ignorado en él hasta entonces, los facultativos constataron que era una enfermedad avanzada y grave. Las previsiones de los médicos — oscuras desde el primer momento — se cumplieron el 26 de abril de 1849, día en que el ex ministro falleció en casa de su yerno Ramón Baradére, antiguo cónsul francés en Montevideo.

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