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BELEN. FRANCISCO

Militar, que alcanzó el alto grado de general de brigada, que el presidente Máximo Santos no tuvo escrúpulo en discernirle, cuando la justicia y la gratitud nacional exigían a gritos ese honor para dignísimos soldados de la patria.

Conocida por el apellido Belén, que fué su apellido usual, el verdadero, según probanzas judiciales, era Barrionuevo y popularmente se le conocía por el Indio Belén. No era sin embargo indio, pues tenía poblada barba y el color de la tez no iba más allá del aindiado.

No era tampoco antipático u hosco, sino por el contrario campechano y dado, y la cara, de pronunciados pómulos, se du aba naturalmente al asomar la risa.

La historia, en cambio, no lo presenta bajo una faz atenuada como la que puede arrojar su físico.

Pocas cosas buenas podrían decirse de Francisco Belén desde los días de la toma de Paysandú, —enero de 1885 — donde tiene directa intervención en las reprobables ejecuciones que escurecieron el triunfo, hasta los del gobierno de Tajes, en que a la par de un hijo suyo, daba que hacer a la policía de Montevideo.

Aunque no estemos en presencia de un relato exacto y no contestado, Belén aparece como el jefe que tuvo a su cargo la ejecución del general Leandro Gómez, el comandante Braga y el capitán Fernández, después de haberse recibido de ellos como prisioneros de guerra.

El general Belén era nacido en los comienzos de la década 1830 y probablemente en el departamento de Florida. Principió a servir de soldado en las milicias departamentales y en febrero de 1856 recién aparece en el ejército como teniente 1° de caballería.

Emigrado después de los sucesos de Quinteros, se le encuentra sirviendo en el ejército de Buenos Aires con grado de alférez de caballería y ascendido a teniente 2° sobre el campo de batalla de Pavón (30 de octubre de 1859).

Cuando el general Venancio Flores, su jefe inmediato en la División Oriental, invadió la República en son de guerra en 1863, Belén siguió las banderas revolucionarias y en esa campaña, por autoridad del jefe, tuvo sucesivamente ascensos de capitán y sargento mayor. En 1865, con calidad de teniente coronel graduado, formó parte del ejército de operaciones contra el tirano paraguayo e hizo la campaña del Alto Uruguay.

De vuelta a la patria, alborotó de tal modo con sus acusaciones contra el coronel Simón Moyano, jefe político de Durazno, que el dictador Flores lo hizo reducir a prisión. Así que hubo recuperado la libertad, Belén ausentóse para Buenos Aires y se le dió de baja en el ejército.

Amnistiado por el gobierno del general Batlle, se puso del lado del general Francisco Caraballo en su

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