Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/176

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

pública después del triunfo, fué designado — atenta su calidad de inválido — jefe de la mesa pagadora el 19 de mayo de 1865 y conservó su puesto hasta 1387.

Muy vinculado siempre al general Suárez, cuando se descubrió la famosa conspiración de la mina (30 junio - 1° julio de 1867), fué encarcelado conjuntamente con aquel militar el 2 de julio.

Sometido a varios interrogatorios, de los cuales no resultó el menor indicio de culpabilidad, la primera providencia del juez competente en cuanto se le dió ingerencia legal, fué excarcelarlo.

Si nada tenían que ver ni Bergara ni Suárez con el plan de voladura del Fuerte de Gobierno, la sospecha de que andaban en trabajos subversivos contra el jefe de la Cruzada tenía su fundamento, pues el general Suárez prestó conformidad, bajo su firma, a un programa de acción revolucionaria, según consta en documento original en el archivo Fernández Saldaña.

En el gobierno del general Lorenzo Batlle permaneció alejado de la actividad militar, pero sin abandonar la política, escribiendo frecuentemente en los diarios, y como director de “El Clamor Público”.

En junio de 1871 estuvo preso en el fuerte de San José, bajo la inculpación de delitos de imprenta y sustraído durante un mes a sus jueces naturales.

Sin desvincularse nunca totalmente de las cosas de Entre Ríos, y muy compañero del coronel Ricardo López Jordán, se le halla figurando en la aventura revolucionaria del vapor “Porteña” en los primeros días de octubre de 1873.

Bergara, con el capitán Adolfo Olivera y un grupo de compañeros, embarcaron en Montevideo como pasajeros en el mencionado vapor y, una vez en aguas del estuario, se apoderaron violentamente de la nave para utilizarla en una revolución jordanista.

Los pasajeros fueron desembarcados en la costa de San José, perdiéndose en la operación un tiempo precioso para los asaltantes.

Declarado pirata el vapor “Porteña”, perseguido por los barcos uruguayos y argentinos, puso proa al este acercándose audazmente a las costas bravas de Maldonado y Rocha, consiguió burlar la persecución y llegar al puerto de Coronilla, donde Bergara y los suyos tomaron tierra, embarrancando el hermoso vapor que se perdió totalmente.

Por decreto del 6 de octubre, el gobierno del Dr. Ellauri “sin pe juicio de la jurisdicción que cupiera a los tribunales” díó de baja al teniente coronel Bergara y el capitán Olivera, mientras las autoridades nacionales los perseguían obligándolos a pasar al Brasil, donde un coronel Lima los desarmó y retuvo bajo vigilancia.

Nuestro ministro en el Brasil, Dr. Carlos María Ramírez, reclamó del gobierno imperial la extradición de los refugiados en calidad de piratas, pero el Imperio se negó a en-

— 176 —