periodísticas, y a sus exterioridades simpáticas unidas a un buen fondo, cierto prestigio particular de que disfrutó ante la opinión pública.
BERRA, FRANCISCO A.
Pedagogo de vastos conocimientos, cooperador eficiente en la obra de José Pedro Varela. Un precursor y un anticipado como teórico de la educación en América Latina, puede figurar entre los grandes educadores.
La circunstancia de haber nacido en Buenos Aires el 3 de diciembre de 1844, nada importa para que la obra educacional de Berra esté vinculada de modo absoluto a la vida pedagógica uruguaya, pues aquí escribió sus libios fundamentales y en las escuelas del Uruguay tuvieron ensayo y aplicación práctica sus ideas y sus métodos.
Contaba ocho años nada más cuando su padre, un carpintero español, pasó en 1852 a la Vila del Salto, donde vieron luz sus hermanos.
Desde temprana edad, su inteligencia y dedicación lo distinguieron entre los mejores escolares salteños. Cuando en 1865 vino a Montevideo a proseguir estudios más adelantados que los que podían proporcionársele en el pueblo, no solo confirmó su calidad sino que pudo exhibirse como un discreto aficionado dibujante y pintor, realizando una muestra de trabajos entre los que figuraba una vista general del Salto.
Licenciado en jurisprudencia en 1872, una vocación decidida lo inclinaba sin embargo hacia las cuestiones educacionales y se dedicó a estudiarlas con el tesón y la prolijidad que constituyen el fondo de todas sus labores.
Ejerció la abogacía y fué periodista político con afiliación nacionalista. Al abandonar en 1877 “La Democracia”, que venía redactando, Albistur lo llamó escritor de extremada conciencia, de intachable rectitud y de erudición notable, aunque sus artículos, sin suficiente forma periodística, tuvieran algo de disquisiciones doctrinarias de cátedra.
Pedagogo, hizo obra desprovista de alma, según alguien ha notado, esclavo del método “absoluto de ideas, su estilo fué sobrio y casi árido”.
Su labor docente se vincula a fondo con las campañas culturales de los Amigos de la Educación Popular, la Sociedad Universitaria y el Ateneo del Uruguay, cuyos cursos universitarios se iniciaron en 1877, conforme a un proyecto orgánico redactado por Berra.
Su obra fundamental, de valor reconocido en todos los círculos facultativos y titulada “Apuntes para un curso de Pedagogía”, apareció en Montevideo en 1878. A ella se añaden “La doctrina de los métodos” (1882), y toda la serie de estudios
