Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/207

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

Ante esa triste eventualidad, el vencedor general Rivera, que desde luego no lo había hecho objeto de la mínima persecución, fué el primero que se empeñó para que el doliente patricio se reintegrara a su ciudad natal.

Una vez en Montevideo, retirado en su casa, sin obtener nada más que alguna mejoría pasajera, su existencia se prolongó hasta el 3 de mayo de 1843.


BLANCO, JUAN CARLOS

Ministro de Estado, legislador y hombre político. Prestigiosa figura nacional, este eminente ciudadano fué hijo de sus obras. Contaba nada más que doce años — nacido en Montevideo el 15 de setiembre de 1847 — cuando su madre Rita Fernández, emparentada con la familia del vicario apostólico de este apellido, quedó viuda con un hijo y una hija. El padre, Pablo Blanco, comerciante español, no había dejado bienes y fué preciso comenzar la lucha por la vida en condiciones estrictas, para valerse a sí mismo y a los suyos.

Alumno de los Escolapios ingresó a la Facultad de Derecho en 1863, año en que, a raíz de la victoria del general Flores, fué nombrado adjunto al Ministerio de Relaciones Exteriores y luego auxiliar en propiedad el 26 de mayo. Oficial 1° el 13 de febrero de 1868, acompañó, con retención de su empleo, al doctor Adolfo Rodríguez, como secretario de su misión diplomática a la Argentina.

Paralelamente a la carrera oficinesca iba adelantando con notorio éxito en los estudios de derecho hasta licenciarse en jurisprudencia en 1870. Ese mismo año, cuando los ejércitos revolucionarios de Timoteo Aparicio aparecieron frente a Montevideo, Juan Carlos Blanco tuvo su hermosa hora de soldado. Ayudante del ministro de Gobierno Fernando Torres, en el ataque del ejército gubernista a la Villa de la Unión el día 29 de noviembre, recorrió varias veces la línea de pelea bajo el fuego enemigo, trasmitiendo ordenes a los jefes de distintas unidades, con la serenidad de un veterano.

Juez de Comercio después de la Paz de abril de 1872, dejó la magistratura para ingresar en 1873 como diputado por Montevideo en la 11ª legislatura, la más brillante que hasta esa fecha hubiera visto en la República.

En la lucha presidencial del 1° de marzo de 1873, luego de haber lanzado en un discurso la candidatura del doctor Juan Carlos Gómez, formó parte del grupo que propugnaba por la del doctor José Mª Muñoz.

Después de un año de ejercicio renunció su banca “por no poderle prestar la dedicación necesaria”, aunque en verdad era por no querer seguir actuando en una asamblea anarquizada e inútil para la acción constructiva,

Vencida la Revolución Tricolor a

— 207 —