Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/209

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reintegró al Partido Colorado en cuyas filas había servido en su juventud, para convertirse en una de las primeras figuras del movimiento que enfrentaba el régimen político de la hora y su cálida palabra volvió a oírse en medio de clamorosos aplausos en las reuniones del Teatro Cibils.

La trágica muerte del presidente Borda ocurrida el 25 de agosto de 1897, basculando repentinamente la situación política, colocó al doctor Blanco y a sus compañeros de campaña en el campo gubernista, en apoyo de la fracción del partido que acompañaba a Juan Lindolfo Cuestas, presidente del Senado en ejercicio del Poder Ejecutivo. Los sucesos llegaron a desembocar en el golpe de Estado del 10 de febrero de 1898 y disueltas las Cámaras que negaban sus votos a Cuestas, para ser sustituidas por un Consejo de Estado, Cuestas dictador nombró al doctor Blanco para presidirlo. Dificilísima fué la situación en que el ilustre hombre público llegó a encontrarse después de los sucesos militares del 4 de julio, en que intervino como mediador y creyóse obligado a renunciar su cargo el día 6, cuando el gobernante de facto violó las condiciones ajustadas por su mediación y en vista de las cuales los militares en armas aceptaron deponerlas, finalizando el combate que ensangrentaba las calles de la capital. Veinte días después el doctor Blanco retiró su renuncia, volviendo a presidir el Consejo de Estado.

Actitud de manifiesta debilidad, fué causa de general asombro y vino a redundar en grave perjuicio para su prestigio. Ese día, puede decirse, principió la declinación de su estrella política. Sin embargo, la consigna en el momento para hombres y partidos era contemporizar con un gobernante autoritario e impulsivo que disponía a su antojo de las fuerzas armadas, hábilmente puestas en manos de elementos subalternos, sin más prestigio militar que el que pudiera venirles del mando que el gobernante les daba o les quitaba.

Al restablecerse la normalidad constitucional, en marzo de 1899, el doctor Blanco, electo por el departamento del Salto, ocupó una banca en el Senado, fué su presidente en tres períodos y cuando la sucesión de Cuestas hubo de plantearse, se vió en él uno de los candidatos viables para presidir la República en el cuatrienio 1903-1907. Su nombre se identificaba con la tendencia que buscaba salir de la terrible y peligrosa situación a que había conducido al país la política de contemporizar a todo trance, para lo cual la candidatura asequible requería tener base en los dos partidos tradicionales donde se repartían los sufragios. No pudo conseguirla entre los colorados donde sólo reunió siete electores al firme y en el sector nacionalista, la mayoría, en ocultos entendimientos con Cuestas, pretendía elegir sorpresivamente a Eduardo Mac-Eachen, hombre anodino, candidato de Cuestas

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