Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/250

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sa de la calle Paraguay (ahora Curuguaty), donde vivía. No dejaba bienes de fortuna, después de haber sido rico y de haber dispuesto de mucho de lo suyo en auxiliar, dadivoso, a gente humilde de los pagos en que era caudillo, habilitándolas con animales, semillas o implementos de trabajo.


BUSCHENTAL, JOSÉ

Financista y hombre de empresa cuyo nombre, conocido en el Río de la Plata y en Europa, está ligado a nuestro país, porque en el Uruguay tuvo el principal asiento de sus negocios, casa en la calle Sarandí y la quinta señorial del Buen Retiro en el Paso del Molino.

Francés, nacido en Strasburgo, el año 1802, de familia luterana pero que tenía sangre israelita, José Buschental no usó nunca la partícula de antepuesta al apellido, aunque la hubiera usado su padre,

Siendo muy joven vino al Brasil, donde en 1828 obtuvo carta de naturalización y luego se casó con María de la Gloria de Castro Delfím Pereira, segunda hija del barón de Sorocaba, el 19 de agosto de 1830, la cual aportaba a la unión una considerable fortuna.

Siguió a este matrimonio un capítulo financiero finalizado en una ruidosa quiebra que perjudicó grandemente a la plaza de Río Janeiro y entonces Buschental se fué a Londres en abril de 1832, y de Inglaterra pasó a Madrid, pare vincularse con el famoso banquero y especulador José de Salamanca.

En España se naturalizó conforme lo había hecho en Brasil, convirtiéndose en personaje de influencia en el alto mundo de negocios y fué agraciado con la real y distinguida orden americana de Isabel la Católica.

Envuelto en una nueva bancarrota, llegó el día en que hubo necesidad de alejarse de España para sentar sus reales en París, donde hizo conocimiento con nuestro ministro José Ellauri. En gestiones de contratación de un empréstito para Montevideo sitiado, comprometió Buschental algunas influencias a favor de la causa nacional y vino a la República a comienzos de 1849. Fracasada la combinación del préstamo, intervino en otras especulaciones que tendían al Rio de la Plata, convertido en banquero de la Confederación.

Hombre de mundo, sonriente, de palabra fácil y ojos sutiles y penetrantes, se dice que Mariano Fragueiro, ministro de Hacienda de Urquiza, no lo recibía sin antes calarse unas gafas negras, porque era incapaz de resistir sus miradas...

Sus vínculos con el gobernador de Entre Ríos le valieron a Buschental duros calificativos de los papeles rosistas, que en sus desbordes no tuvieron empacho en llamarlo hasta “caballero de industria”. Sin que puedan aceptarse tales excesos en el juicio, las cartas del visconde de Mauá al famoso hombre de negocios — últimamente publicadas en Río

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