Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/277

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consejero entró a desempeñar la presidencia de la República, elegido en una reñida cuanto libérrima elección popular, el 12 de marzo de 1927.

Había llegado a la primera magistratura del país, con procedencia de un sector minoritario dentro de la mayoría partidista, sector cuya orientación era abiertamente contraria al tema consagrado en la carta del año 17 y en el seno del cual los totalitarismos europeos habían labrado, y seguramente no escapó al Dr. Campisteguy lo extraño de su posición, máxime en un sistema de gobierno en que al Presidente de la República sólo se le habían adjudicado atribuciones medidas. Pero de cualquier modo, asumió el poder dispuesto a cumplir y hacer cumplir las leyes y a que todas las dificultades y soluciones había que buscarlas dentro del estatuto constitucional, cuyo respeto había jurado.

Con ese propósito buscó en el Dr. Eugenio Lagarmilla, jurisconsulto de nota y ciudadano de serena energía, el Ministro del Interior que iba a acompañarlo, compenetrado con sus ideas y propósitos, en todo su período de gobierno.

Pudo así, a despecho de conatos o sugestiones bastardas, finalizar su gobierno en pleno reinado de la paz, del orden institucional administrativo, en un clima de libertad y de progreso cívico y social.

En ese momento, conforme la vieja consagración histórica, puede decirse “que había merecido el bien de la patria”.

Electo presidente cuando ya estaba viejo y avejentado, las exigidas tareas de custro años de mando tenían labrado tanto en su físico, que al reintegrarse a la simple categoría de ciudadano era un sobrevivido a sí mismo, que tampoco logró recobrarse más.

Pese a todo, no pudo resistir a la presión de sus correligionarios, que lo hicieron presidente de la Asamblea que, a raíz del golpe de Estado de 1933, elaboró una nueva Constitución política y donde Campisteguy apenas tuvo une acción de presencia.


CANOSA, RUDECINDO Sinforoso

Joven y aventajado estudiante de medicina, a quien su dedicación a las ciencias naturales le habían dado notoriedad en nuestros incipientes círculos científicos, y cuya muerte violenta, rodeada de circunstancias un tanto extrañas, agitó el espíritu público en los últimos meses de la dictadura de Latorre. Era hijo de un antiguo y conocido procurador y había nacido en Montevideo el 19 de Julio de 1857.

Fundador de la Sociedad Universitaria, sus aficiones de investigador fueron desarrollándose, no obstante sus pocos años, paralelamente a su carrera universitaria y por diversos y notables trabajos originales figuraba como socio corresponsal de varias corporaciones científicas europeas.

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