Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/290

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miembro militar la Alta Corte de Justicia, y en ese desempeño ascendió a general de división el 29 de enero del mismo año, para fallecer en Montevideo el 25 de julio de 1920.

Fué el general Carámbula uno de los últimos, sino el último exponente de un tipo de militar-político característico en pasadas épocas de la República y desaparecido en la actualidad.

Ni en su foja de servicios ni en su valimiento intelectual podrían hallarse rasgos sobresalientes capaces de elevarlo sobre el corriente nivel de sus compañeros de armas, pero tampoco puede decirse de Carámbula que estuviese dentro del nivel normal entre los componentes de la fuerza armada. Fué hombre de inteligencia despierta y de grandes aspiraciones, que unidas a cierto grado de preparación general, un trato correcto y una simpatía innata, llenaban, ¡como se dice, el expediente.


CARAVIA, ANTONIO Teodoro

Publicista y periodista montevideano, dedicado con especialidad y contracción extraordinarias a cuestiones relacionadas con el progreso agrícola y ganadero del país.

Nació en el Cordón de Montevideo el 2 de noviembre de 1809, hijo de Juan Caravia de la Isla y de María Pérez.

La gloria de este ciudadano es gloria civil, la menos fácil de conquistar entre gentes que antes que nada rinden culto a las glorias bárbaras y primitivas del valor, y por esto precisamente, sería imperdonable injusticia que su nombre cayese en el olvido.

De Antonio T. Caravia se ha dicho que fué el continuador inteligente de la obra de Pérez Castellano y bastaría leer el elenco de sus libros o mejor todavía entrar un poco en su lectura, para darse cuenta cabal de la tarea que representan y de las valiosas enseñanzas que atesoran, producto de observaciones personales, prácticas sobre el terreno y estudios comparativos, denunciadores de la predilección y la paciencia inteligente de quien los hizo,

Dardo Estrada, en su erudito inventario bibliográfico, enumera entre las obras de Caravia, por orden de fechas, las siguientes: Manual práctico del cultivador americano, 1858: Manual para el cultivo del algodón, 1862; Catecismo de agricultura para lectura de las escuelas, 1863 (premiado con medalla de oro en la Exposición de Córdoba, R. A.); Nociones necesarias al cultivador, 1864; El Injerto y la Poda, 1865; Cultivo de las abejas y de los gusanos de seda, 1865; y — obra póstuma — el Manual práctico del cultivador americano, en forma de diccionario, 1882.

A esta labor especializada hay que añadir la Colección de Leyes y Decretos de la R. O. del U. aparecida en 1859 y proseguida en varios tomos con nuevas ediciones, los Acuer-

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