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“llenara las formalidades necesarias para la exhumación de los despojos mortales del general Aguiar, depositándlos convenientemente para ser conducidos hasta la capital a cargo del sargento mayor Don Felipe Rodriguez Bas, a quien se había Comisiónado al efecto”.

El 9 de marzo de 1870, las cenizas fueron depositadas en el Cementerio Central.


AGUIAR, JUAN JOSÉ Benito

Ciudadano distinguido en las primeras etapas de la revolución americana, como soldado y como funcionario, ministro y miembro del Supremo Tribunal.

Su nacimiento tuvo lugar en Montevideo el 15 de noviembre de 1792, de padres originarios de la actual República Argentina.

La revolución de mayo lo encontró casualmente en Buenos Aires y se afilió a ella. Al producirse el alzamiento de la provincia Oriental el ano 11, el joven Aguiar cruzó el Río Uruguay para incorporarse a los patriotas encabezados por Artigas, en cuyas filas tuvo el honor de hallarse entre los vencedores de Las Piedras el 18 de mayo.

Promovido a ayudante mayor destinado a un regimiento de Dragones, una herida recibida durante el asedio a la Fortaleza del Cerro, lo invalidó de la mano izquierda, circunstancia fatal que vino a cortarle la carrera de armas.

Inutilizado y todo, asistió al segundo sitio de la capital en el ejército de Sarratea, con quien hubo de volver a Buenos Aires en febrero del ano 13.

A la caída de Montevideo en poder de los soldados de la patria, abandono el destino que había conseguido en Buenos Aires en el Ministerio de Guerra y reintegróse a su ciudad natal, donde el primer Cabildo Patrio y Gobierno Interino de la Provincia lo designo su primer secretario el 23 de febrero del año 15.

Secretario general del coronel Fernando Otorgués, afirma Aguiar en sus notas autobiográficas, que fue el quien tuvo el honor de concebir y con acuerdo superior, levantar por primera vez en el Cabildo el pabellón tricolor artiguista a la salida del sol del 26 de marzo de 1815.

Desencadenada la invasión portuguesa, continuó fiel a la causa nacional conforme lo certifica el Dr. Andrés Lamas en una carta al ministro brasileño Limpo de Abreu.

Preso en San José por orden de Lecor, gobernador de la provincia conquistada, en octubre de 1822, se le embarcó para Río Janeiro en el puerto de Colonia en calidad de deportado político.

Larga debía ser su expatriación, pues constituida la República continuó viviendo en Río de Janeiro donde — según Lamas — hizo la vida mas retirada y modesta.

Recién en el año 1846 resolvióse a volver a su ciudad, sitiada por Oribe desde hacia tres años.

El Tribunal Superior de Justicia