Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/358

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brero de 1827, se le promovió a teniente 2° en el mes de enero de 1828, y ostentaba los cordones y el escudo correspondientes.

Constituida la provincia oriental en República independiente, Crosa continuó sus servicios en la Comandancia de Fronteras con asiento en Cerro Largo a órdenes del coronel José Augusto Posolo, hasta noviembre del año 32, fecha en que pasó a revistar en la Plana Mayor Pasiva.

Incluído en la ley de Reforma Militar de julio de 1835 teniendo grado de capitán, dejó de pertenecer al ejército hasta que, al estallar en julio de 1836 la revolución riverista denominada “constitucional”, el gobierno, necesitando sus servicios a la par de los de muchos que estaban en su misma situación, lo llamó nuevamente a filas.

Tocóle participar en la batalla de Carpintería, el 19 de setiembre del 36, acción favorable a las armas del gobierno, y comprendido en los ascensos que se otorgaron como premio a los jefes y oficiales, llegó a sargento mayor graduado el 21 de octubre, obteniendo la efectividad el 1° del mismo mes del año 37, cuando servía en el 2° Cuerpo.

Con mucha actuación en la Guerra Grande, pesan sobre la fama de Crosa-Peñarol, los deplorables excesos que subsiguieron a la sorpresa del que los partes del Cerrito llaman en forma intencionada “campamento de salvajes”, próximo a la azotea de Arrúe en las cercanías del Yí, en Durazno.

En la infausta fecha de 30 de diciembre de 1843, el campamento, que era en verdad un hospital de campaña, fué asaltado y destruído sin combate pasándose a cuchillo a todos los componentes, inclusive el cirujano mayor del ejército Dr. Juan Gualberto Tigrimbú, que fué barbaramente lanceado. El pre-aludido parte de Crosa, diciendo que el enemigo había perdido entre muertos y heridos como cien hombres, sin que de su lado se registrase ni un herido, es la más concluyente prueba de que se está en presencia de una verdadera masacre. (Ver Juna G. Tigrimbú).

Después de la paz del 8 de octubre Crosa pobló una buena estancia del departamento de Durazno, y atento a los sucesos, se alzó en armas a favor del gobierno del presidente Giró en 1853, pero hubo de someterse pronto, disuelta su gente en El Chileno por el Jefe Político de Durazno, comandante Isidro Caballero.

Desaparecido el general Manuel Oribe, sus actividades militares y políticas disminuyen, sin que en el gobierno de Pereira, después de la muerte de su antiguo jefe, aparezca con otro destino que el de jefe del 2° Regimiento de la Guardia Nacional movilizada en Durazno en 1859, y ascendido a coronel el 5 de noviembre de este mismo año.

Encendida la guerra civil de 1863-65, Peñarol adoptó una actitud neutral, manteniéndose en su estancia. El general Venancio Flores, jefe de los revolucionarios, lo consideró a la vez en su persona y más todavía en

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