fué atraído a un cuartel con un pretexto cualquiera y allí pereció de muerte violenta. El cadáver, arrojado al mar y casualmente libre del lastre de práctica en tales casos, apareció pocos días después flotando en aguas de la costa sur, hecho que produjo gran revuelo y la consiguiente desagradable sorpresa del dictador y sus esbirros. (Ver Felipe Fresnedoso).
Al asumir el mando presidencial el Dr. Francisco A. Vidal, Cruz y Costa fué separado, como una de las primeras medidas de gobierno, de la Jefatura del Salto, sustituyéndolo el comandante Teófilo Córdoba.
Volvió entonces a sus actividades comerciales en la capital, pero el gobierno de Santos lo consideraba como un activo elemento latorrista y en 1888 se le sospechó de sondeos militares favorables al ex-dictador, con quien siempre mantuvo correspondencia.
Cuando el complot revolucionario abortado en la Unión el 11 de octubre de 1891, no negó Cruz y Costa estar mezclado en el asunto.
Atribuíasele llevar la palabra de Latorre y parece que, de haber triunfado la intentona blanco-latotrrista, era el candidato seguro para ocupar la Jefatura Política de Montevideo.
Más tarde tuvo funciones en la Municipalidad de la Capital, completamente al margen ya de semejantes aventuras y vino a fallecer alejado de toda función pública el 2 de octubre de 1897,
CUESTAS, JUAN LINDOLFO de los Reyes
Presidente de la República en el cuadrienio 1899-903, después de haber ejercido el Poder Ejecutiva como presidente del senado, desde el 25 de agosto de 1897 hasta el 10 de febrero de 1898, y la dictadura bajo el nombre de Presidente Provisional, desde esta fecha hasta el 15 de febrero del 99, Ministro, legislador y funcionario.
De los libros de la parroquia de San Benito de Paysandú, resulta que nació en aquella ciudad el 6 de enero de 1837. Su familia, reconcentrada en Montevideo después del desastre de Arroyo Grande, soportó las privaciones del Sitio, para volver a Buenos Aires, de donde era oriunda, cuando la tiranía de Rosas fué derrocada.
Cuestas, luego de adelantar en la capital argentina los estudios principiados en las escuelas montevideanas, volvió con los suyos a Paysandú en 1853. Allí, entre 1834 y 1835, ejerció funciones de secretario escribiente del comandante Ambrosio Sandes — analfabeto — acompañándole alguna ocasión en sus excursiones a campaña.
Empleado en 1856 en una casa de comercio de Buenos Aires, tuvo tiempo para aprender la teneduría de libros, que debía ser el fuerte de sus conocimientos,
Muerto el padre en 1858, retornó a la villa natal, trabajando en di-
