Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/377

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perpetua y absoluta de ingresar en ella”, debiendo ponerse en el libro respectivo la anotación marginal: “De baja por cobarde, desertor y traidor a la Patria”.

El caudillo rebelde, por su parte, satisfecho de contar a sus órdenes con tan excelente compañero, ya le había conferido el grado de sargento mayor con un día de diferencia, el 24 de junio, y cuando la revolución venció en 1865, lo hizo teniente coronel el 19 de mayo.

Sirviendo al gobierno del general Batlle contra los revolucionarios de Timoteo Aparicio, tuvo actuación distinguida; fué jefe de la guardia nacional de caballería de Maldonado el 29 de mayo de 1869, y en Chafalote, bajo las órdenes del coronel Gregorio Castro, el 7 de noviembre de 1871, enfrentados en el entrevero de la Llana y el comandante Ignacio Mena, este valeroso jefe blanco quedó en el campo abatido de un golpe de lanza por su digno adversario. A esta fecha poseía grado de coronel desde el 26 de diciembre del 70, pero la efectividad le llegó solamente el 24 de enero de 1872.

La situación subversiva creada el 15 de enero del 75 vino a sorprenderlo en su estancia y el gobierno de Pedro Varela, al día siguiente del motín, el 16, lo hizo jefe de todas las fuerzas movilizadas en el departamento de Maldonado, bajo las inmediatas órdenes del coronel Manuel Carbajal, comandante militar de Maldonado y Minas.

Pasados los primeros días de la sorpresa y marcadas claramente las características y los rumbos de los hombres desatentados que habían asaltado el poder, el coronel de la Llana comprendió que el sitio de un militar de honor no era el que venía ocupando, por cuya razón, a principios del mes de mayo, se levantó en armas contra el gobierno usurpador en compañía del capitán Florencio Pacheco y del teniente Gervasio Santa Cruz, llegando a apoderarse de la villa de Rocha. El gobierno, por un áspero decreto del 13 de mayo los dió de baja como reos de rebelión y vandalismo, a la par de todos los que secundaron el movimiento, con embargo de los bienes. La alarma que cundió en Montevideo fué grande y los departamentos de Minas y Maldonado declarados en estado de sitio. Aquel movimiento sin plan orgánico no podía prosperar, sin embargo, y el coronel de la Llana y sus compañeros viéronse obligados a pasar al Brasil esperando la nueva oportunidad, que recién se presentó en la primavera. Esta vez las perspectivas aparecían distintas y los soldados de la Reacción Nacional, que ceñían la histórica divisa tricolor, contra enemigos con las divisas blancas y coloradas tradicionales, llegaron a triunfar en Perseverano y en Palomas en setiembre y octubre. Sin embargo, la fuerza de los batallones de línea, la sugestión de las divisas blancas y coloradas, el dinero que logró defecciones y

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